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Diferencia entre revisiones de «El porvenir de Córdoba (1914). Conferencia»

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El porvenir de Córdoba (1914)

Artículo inserto sobre la conferencia pronunciada por el escritor y publicista, Alejandro Guichot, en el Círculo de la Amistad, sobre el porvenir de Córdoba.[1]

El ilustre escritor sevillano don Alejandro Guichot y Sierra pronunció anoche en el Círculo de la Amistad, ante una concurrencia tan numerosa como distinguida, su anunciada conferencia sobre el tema siguiente:

  • Acerca del porvenir de Córdoba.
  • Su urbanización antigua.
  • Movimiento del presente.
  • Necesidad de la urbanización moderna: términos de la misma.
  • ¿Cómo se extendería la población nueva? A propósito de la vía fluvial.
  • ¿Cómo serían los ensanches en la ciudad histórica?
  • Disposición de las vías nuevas y ornamentación de las construcciones.
  • Base de iniciativas y de trabajos.

Fue una conferencia realmente admirable, cuyas enseñanzas y recomendaciones seguramente serán atendidas por Córdoba en sus trabajos para su mejoramiento y prosperidad.

En forma pulcra, elegante y muy bella, el señor Guichot expuso, en poco más de una hora, un completo estudio de Córdoba y de las orientaciones que le conviene seguir.

Luego de saludar, con frases muy afectuosas, al auditorio, hizo un resumen acerca de la urbanización de Córdoba en la antigüedad, comenzando por la época en que fue esplendorosa Colonia Patricia, tratando luego del tiempo del Califato, en el que la capital disfrutó de un progreso muy grande. Su prosperidad decayó rápidamente a causa de las discordias civiles, causadas de modo principal por la presencia del elemento africano.

En el siglo XVIII, los terremotos que tan grandes estragos causaron en Europa y particularmente en Lisboa, produjeron en Córdoba daños tan grandes que se llegó a temer la total destrucción de la ciudad. En el siglo XIX no hubo ni la fuerza ni el vigor suficientes para ganar lo perdido. Sólo se urbanizó según las más apremiantes y urgentes necesidades, y Córdoba llegó a estar tan debilitada que no le quedó más que la fama de su época árabe, merced a la Mezquita, perla principal de la grandeza de Occidente, fruto codiciado de todo el mundo.

En el último tercio del siglo XIX hubo cierto movimiento literario y artístico, que no llegó a adquirir la necesaria pujanza, y también algún intento para fomentar la riqueza agrícola y renovar las industrias, particularmente las históricas.

En el momento presente, quienes desde fuera observan a Córdoba con cariño, reconociendo sus virtudes y los sacrificios que realiza por su mejoramiento, observan, en conjunto, que los ánimos de veras muestran deseos de progreso, y parece como que se afirma la vida social y se empieza a formar la opinión pública, aportando su concurso las sociedades de todas clases, como el Círculo de la Amistad y la Prensa. Quizá ello sea anuncio de que los brotes de ahora se convertirán en frondosas ramas, si todos cooperan en la acción del Municipio.

En el orden de la urbanización falta mucho que hacer, hasta conseguir la higiene, la luz y la ornamentación necesarias, afrontando los problemas de las modernas ciudades. Se han afirmado algunas aspiraciones, como las del mayor abastecimiento de agua y la construcción del alcantarillado. En el orden de la urbanización se puede señalar la prolongación del paseo del Gran Capitán, la apertura de la calle de Claudio Marcelo y el mejoramiento de la avenida de Canalejas. También se puede señalar, por sus grandes proporciones, el edificio del Gobierno civil, de estilo modernista y cuya ornamentación es de la llamada de flora de movimiento. En el orden interior figuran algunas obras de carácter mudéjar, como las realizadas en la Casa del Bailío.

En el último tercio del siglo XIX habían sido restauradas la iglesia de Santa Marina, la portada de la Casa de Expósitos, la escalera de las Escuelas Pías, la Casa del Indiano y parte de la iglesia de San Pablo. Ello constituye un ramillete de importancia, en el que sobresalen las restauraciones del interior y el exterior de la Mezquita, hechas con arreglo a un plan perfectamente estudiado que ha producido resultados verdaderamente hermosos, dignos de toda clase de elogios. Además, el Ayuntamiento acometió y continúa la restauración de la Puerta del Puente y se dispone a realizar la de la Puerta de Almodóvar. En el orden particular figuran la del antiguo convento de San Jerónimo, debida a sus propietarios los Marqueses del Mérito y la del castillo de Almodóvar, del Marqués de Torrealba, dirigida por el arquitecto señor Casanova.

Córdoba no debe contentarse con el esplendor de su historia y el lento movimiento de su presente, sino que tiene que atender las exigencias que impone la amplitud de la vida moderna, para que pueda brillar con personalidad propia y de todo el mundo se haga admirar por sus grandes bellezas. Para ello tiene que acometer los problemas de las ciudades modernas: la higiene, la luz, el agua, la limpieza y el ornato público, haciéndolo de modo reflexivo.

Es principio sancionado por la experiencia que no resultan bien las empresas que se acometen sin meditación, sin un plan que evite desalientos. Si se tratase de levantar una ciudad nueva, bastaría con seguir los modelos de construcciones modernas de las Exposiciones de Berlín y Düsseldorf, teniendo en cuenta los proyectos de ciudades-jardines y ciudades lineales; pero en Córdoba, como en toda Andalucía, se trata del ensanche de una ciudad histórica. Hay que tener en cuenta tres aspectos: la extensión de la parte moderna, el ensanche de la antigua y la disposición de las calles nuevas y la ornamentación de las construcciones. En el primer punto se tiene el modelo

Volviendo al tema de la urbanización, dijo que el deseo de mejora y de conservar los recuerdos del pasado, se armonizan perfectamente con el sistema radial, que consiste en elegir un punto y abrir desde él grandes arterias o radios hacia las afueras de la población. Estas arterias se enlazan por transversales, y entre unas y otras queda la parte histórica con todo su carácter.

El centro debe estar en Córdoba en el Ayuntamiento, del que partirían tres grandes arterias.

  • Una vendría desde el camino del Brillante, por el Matadero viejo, la Malmuerta, la calle del Adarve, la Puerta del Rincón, la calle Alfaros, al Ayuntamiento.
  • Otra por la plaza del Corazón de María, calles Mayor de San Lorenzo, Santa María de Gracia, el Realejo y San Pablo al Ayuntamiento, o bien rompiendo la de Villalones para salir a las Casas Consistoriales por entre la Iglesia de San Pablo y la Diputación.
  • La tercera, la más importante, iría del Ayuntamiento a buscar las calles de Santa Victoria y la Encarnación para salir a la Mezquita, siguiendo por las de la Judería y Tomás Conde para terminar entre las puertas de Almodóvar y Sevilla. Por las calles del Magistral González Francés y el Cardenal González seguiría otra, para que la Mezquita se destacase convenientemente. A ser posible, se debiera quitar las casas comprendidas entre la ronda de Isasa y la calle del Cardenal González, para conceder a la Mezquita una vista verdaderamente ideal desde la Ribera. La falta material de espacio nos obliga a no consignar detalladamente los demás puntos de la conferencia del señor Guichot, que también fueron muy interesantes.

Se refirió al modelo de casa cordobesa, con patio y torre a todos los vientos, y citó la notable labor que en este sentido se efectúa en Sevilla. Hablando de esta ciudad mencionó con entusiásticos elogios, la hermosa obra pedagógica de un ilustre joven cordobés: el catedrático de Derecho Penal de aquella Universidad don Federico Castejón.

Por último, trató del ideal y aconsejó la unión de todos para conseguir el mejoramiento de Córdoba y Andalucía entera, ofreciendo para ello el concurso de importantes elementos intelectuales de Sevilla.

La hermosa conferencia fue premiada con muchos y muy entusiásticos aplausos y el señor Guichot recibió numerosas felicitaciones por su disertación, cuyos consejos y recomendaciones serán seguramente tenidos en cuenta para el mejoramiento de Córdoba.

Entre los concurrentes figuraba el alcalde señor Enríquez Barrios quien, después de la conferencia, habló durante largo rato con el señor Guichot, a quien ya conocía de Sevilla.

  1. Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos: Año LX Número 19593 - 1914 abril 3