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''' Albelkrin'''
Un gracioso, dicharachero y popular personaje  de los años veinte y treinta del siglo XX era el celebre '''Albelkrin'''.


Un gracioso, dicharachero y popular personaje  de los años veinte y treinta del siglo XX era el celebre '''Albelkrin'''. Este, con el afán de sacar algún dinerillo para sus pequeños gastos de taberna, ya que tenía fama de borrachín, se dedicaba  a leerle a los transeúntes crónicas  imaginarias de la [[guerra de Marruecos]] y de las actuaciones y servicios de las autoridades civiles y militares de toda España, por lo que estaba más en los cuartelillos municipales, que en la calle.
Este, con el afán de sacar algún dinerillo para sus pequeños gastos de taberna, ya que tenía fama de borrachín, se dedicaba  a leerle a los transeúntes crónicas  imaginarias de la [[Guerra de África|guerra de Marruecos]] y de las actuaciones y servicios de las autoridades civiles y militares de toda España, por lo que estaba más en los cuartelillos municipales, que en la calle.


La gente, para sonsacarlo le decían: '''''-Albelkrín, te doy una  perragorda si nos lees las última noticias de hoy'''''. Entonces, éste, sacando del bolsillo  un periódico viejo, descolorido y arrugado, comenzaba  su lectura improvisada, con una oratoria de político barato: '''''-Dicen estas noticias que las tropas españolas han ocupado el frente de Melilla y todas sus cordilleras, pero es mentira, los que quieren estos jefezuelos chulos y descarados, que les manden más dineros para sus juergas y borracheras con mujeres, mientras a los pobres soldados no les mandan ni para tabaco'''''. Entonces, cuando en sus lecturas pasaba un miembro de estos cuerpos, recogía el periódico y empezaba a darle vivas y a piropearlos  hasta el extremo de que a muchos de ellos les hacia sonreír, ya que sabían de lo que se trataba y no lo tomaban en serio. Pero en muchas ocasiones se enfrascaba y se entusiasmaba tanto en su lectura y en sus insultos que llegaba algún guardia municipal (guindilla) a su auditorio, y sin darse cuenta  y sin que la gente le avisara seguía sus comentarios detractores, entonces, sí que daba con sus huesos en la '''jiguerilla''' (calabozo) municipal. La gente se lo pasaba a lo grande,  ya  que  los insultos a los municipales eran de lo más original.
La gente, para sonsacarlo le decían: <blockquote>'''''-Albelkrín, te doy una  perragorda si nos lees las última noticias de hoy''.''' </blockquote>Entonces, éste, sacando del bolsillo  un periódico viejo, descolorido y arrugado, comenzaba  su lectura improvisada, con una oratoria de político barato: <blockquote>'''''-Dicen estas noticias que las tropas españolas han ocupado el frente de Melilla y todas sus cordilleras, pero es mentira, los que quieren estos jefezuelos chulos y descarados, que les manden más dineros para sus juergas y borracheras con mujeres, mientras a los pobres soldados no les mandan ni para tabaco''.''' </blockquote>Entonces, cuando en sus lecturas pasaba un miembro de estos cuerpos, recogía el periódico y empezaba a darle vivas y a piropearlos  hasta el extremo de que a muchos de ellos les hacia sonreír, ya que sabían de lo que se trataba y no lo tomaban en serio.  


Por aquellos tiempos, había en Córdoba un Parque Zoológico muy elemental, en los [[Jardines de la Agricultura]]. Había algunos patos, palomas, dos faisanes y un avestruz. Los murguistas de aquellos carnavales tan populares, refiriéndose a la jaula del zoológico cantaban con mucha gracia: ''''''-Cómo la jaula está vacía, ahora se oye decir que van a meter al borracho de “Albelkrin”.''''''
Pero en muchas ocasiones se enfrascaba y se entusiasmaba tanto en su lectura y en sus insultos que llegaba algún guardia municipal (guindilla) a su auditorio, y sin darse cuenta  y sin que la gente le avisara seguía sus comentarios detractores, entonces, sí que daba con sus huesos en la '''jiguerilla''' (calabozo) municipal. La gente se lo pasaba a lo grande, ya  que los insultos a los municipales eran de lo más original.


Por aquellos tiempos, había en Córdoba un Parque Zoológico muy elemental, en los [[Jardines de la Agricultura]]. Había algunos patos, palomas, dos faisanes y un avestruz. Los murguistas de aquellos carnavales tan populares, refiriéndose a la jaula del zoológico cantaban con mucha gracia: <blockquote>'''<nowiki/>'<nowiki/>''-Cómo la jaula está vacía, ahora se oye decir que van a meter al borracho de “Albelkrin”.'<nowiki/>'''''</blockquote>
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[[Categoría:Años 1930]]
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Revisión actual - 19:35 17 nov 2025

Un gracioso, dicharachero y popular personaje de los años veinte y treinta del siglo XX era el celebre Albelkrin.

Este, con el afán de sacar algún dinerillo para sus pequeños gastos de taberna, ya que tenía fama de borrachín, se dedicaba a leerle a los transeúntes crónicas imaginarias de la guerra de Marruecos y de las actuaciones y servicios de las autoridades civiles y militares de toda España, por lo que estaba más en los cuartelillos municipales, que en la calle.

La gente, para sonsacarlo le decían:

-Albelkrín, te doy una perragorda si nos lees las última noticias de hoy.

Entonces, éste, sacando del bolsillo un periódico viejo, descolorido y arrugado, comenzaba su lectura improvisada, con una oratoria de político barato:

-Dicen estas noticias que las tropas españolas han ocupado el frente de Melilla y todas sus cordilleras, pero es mentira, los que quieren estos jefezuelos chulos y descarados, que les manden más dineros para sus juergas y borracheras con mujeres, mientras a los pobres soldados no les mandan ni para tabaco.

Entonces, cuando en sus lecturas pasaba un miembro de estos cuerpos, recogía el periódico y empezaba a darle vivas y a piropearlos hasta el extremo de que a muchos de ellos les hacia sonreír, ya que sabían de lo que se trataba y no lo tomaban en serio.

Pero en muchas ocasiones se enfrascaba y se entusiasmaba tanto en su lectura y en sus insultos que llegaba algún guardia municipal (guindilla) a su auditorio, y sin darse cuenta y sin que la gente le avisara seguía sus comentarios detractores, entonces, sí que daba con sus huesos en la jiguerilla (calabozo) municipal. La gente se lo pasaba a lo grande, ya que los insultos a los municipales eran de lo más original.

Por aquellos tiempos, había en Córdoba un Parque Zoológico muy elemental, en los Jardines de la Agricultura. Había algunos patos, palomas, dos faisanes y un avestruz. Los murguistas de aquellos carnavales tan populares, refiriéndose a la jaula del zoológico cantaban con mucha gracia:

'-Cómo la jaula está vacía, ahora se oye decir que van a meter al borracho de “Albelkrin”.'