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Diferencia entre revisiones de «Un pueblo privilegiado (Espiel en 1922)»

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Artículo de Hilario J. Solano en el Diario de Córdoba en mayo de 1922 hablando sobre el pueblo privilegiado que era Espiel<ref>''Un pueblo privilegiado''. Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos: Año LXXIII Número 31886 - 1922 mayo 18.</ref>
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Pueblo privilegiado
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:::''Allá por el año de 1860 empecé yo a visitar el pueblo a que voy a referirme y en el 1896, y con conocimiento exacto de causa, con el epígrafe de «Un Pueblo modelo», escribí en el periódico El Combate mi primer artículo encomiástico de la bondad y manera de ser de los habitantes de aquel pueblo. De entonces acá han pasado muchos años; de mis amigos más íntimos de aquella época creo que no existe ninguno, y si bien algún hijo de ellos conserva reminiscencias de aquellos afectos, bien por la diferencia de edades, bien por el menos trato que con ellos ha sostenido, no es esta la amistad que tuve con sus padres, si bien los unos y los otros, honrando la memoria de los que fueron, conserven y demuestren el respetuoso afecto que a todo hombre debe de merecer la memoria de los seres queridos.''
:::''Allá por el año de 1860 empecé yo a visitar el pueblo a que voy a referirme y en el 1896, y con conocimiento exacto de causa, con el epígrafe de «Un Pueblo modelo», escribí en el per
iódico El Combate mi primer artículo encomiástico de la bondad y manera de ser de los habitantes de aquel pueblo. De entonces acá han pasado muchos años; de mis amigos más íntimos de aquella época creo que no existe ninguno, y si bien algún hijo de ellos conserva reminiscencias de aquellos afectos, bien por la diferencia de edades, bien por el menos trato que con ellos ha sostenido, no es esta la amistad que tuve con sus padres, si bien los unos y los otros, honrando la memoria de los que fueron, conserven y demuestren el respetuoso afecto que a todo hombre debe de merecer la memoria de los seres queridos.''


:::''[[Espiel]] —pues a este pueblo dedico esta crónica— alcanzaba en aquel tiempo simpática significación entre todas las poblaciones de la Sierra Cordobesa. Cultos sus habitantes, religiosos sin fanatismo y liberales en todos sus actos, tenían innata en su manera de ser la fraternidad de los unos a los otros y todos en general la virtud de la hospitalidad para con los forasteros por quienes eran visitados, a los que procuraban hacerles agradable su estancia en aquel pueblo, invitándolos bien a sus fiestas populares, bien a sus reuniones particulares, de las que, de la amabilidad de los invitadores, resultaba la simpatía de los invitados, agradablemente impresionados del verdadero afecto que por extraños en ningún otro pueblo hallaran.''
:::''[[Espiel]] —pues a este pueblo dedico esta crónica— alcanzaba en aquel tiempo simpática significación entre todas las poblaciones de la Sierra Cordobesa. Cultos sus habitantes, religiosos sin fanatismo y liberales en todos sus actos, tenían innata en su manera de ser la fraternidad de los unos a los otros y todos en general la virtud de la hospitalidad para con los forasteros por quienes eran visitados, a los que procuraban hacerles agradable su estancia en aquel pueblo, invitándolos bien a sus fiestas populares, bien a sus reuniones particulares, de las que, de la amabilidad de los invitadores, resultaba la simpatía de los invitados, agradablemente impresionados del verdadero afecto que por extraños en ningún otro pueblo hallaran.''

Revisión del 22:16 2 may 2025

Artículo de Hilario J. Solano en el Diario de Córdoba en mayo de 1922 hablando sobre el pueblo privilegiado que era Espiel[1]


Pueblo privilegiado
Allá por el año de 1860 empecé yo a visitar el pueblo a que voy a referirme y en el 1896, y con conocimiento exacto de causa, con el epígrafe de «Un Pueblo modelo», escribí en el per

iódico El Combate mi primer artículo encomiástico de la bondad y manera de ser de los habitantes de aquel pueblo. De entonces acá han pasado muchos años; de mis amigos más íntimos de aquella época creo que no existe ninguno, y si bien algún hijo de ellos conserva reminiscencias de aquellos afectos, bien por la diferencia de edades, bien por el menos trato que con ellos ha sostenido, no es esta la amistad que tuve con sus padres, si bien los unos y los otros, honrando la memoria de los que fueron, conserven y demuestren el respetuoso afecto que a todo hombre debe de merecer la memoria de los seres queridos.

Espiel —pues a este pueblo dedico esta crónica— alcanzaba en aquel tiempo simpática significación entre todas las poblaciones de la Sierra Cordobesa. Cultos sus habitantes, religiosos sin fanatismo y liberales en todos sus actos, tenían innata en su manera de ser la fraternidad de los unos a los otros y todos en general la virtud de la hospitalidad para con los forasteros por quienes eran visitados, a los que procuraban hacerles agradable su estancia en aquel pueblo, invitándolos bien a sus fiestas populares, bien a sus reuniones particulares, de las que, de la amabilidad de los invitadores, resultaba la simpatía de los invitados, agradablemente impresionados del verdadero afecto que por extraños en ningún otro pueblo hallaran.
Los colegiales de los Pedroches, que por no haber otro camino tenían en sus vacaciones que pernoctar en Espiel, deseaban hacer noche en aquel pueblo, en el que no solo eran atendidos por sus habitantes, sino en el que tenían la seguridad de pasar una alegre velada, rodeados tanto de jóvenes de su sexo que se excedían en obsequiarlos, cuanto de graciosas y bellas espeleñas, de natural franco y conversación amena, que ora en pláticas agradables, ora con sus armoniosos cantos, para los cuales tenían tanto gusto como aptitudes, que ellas mismas se acompañaban en la guitarra, o bien con bailes, procuraban terminar la velada lo más tarde posible.
El resultado era que los colegiales quedaban siempre altamente agradecidos de aquellas deferencias y en todas partes donde hacían mención de sus viajes alababan de Espiel al par que la cultura y generosidad de sus habitantes, la belleza y gracia de sus mujeres, tan apreciables por todos conceptos. A estas excepcionales condiciones de siempre, creo yo que es debida la bondad innata de los habitantes de aquel pueblo y la distinguida ilustración de los mismos, haciendo de él el pueblo de la Sierra que, a pesar del reducido número de sus habitantes y recursos en comparación con otros limítrofes, pueda ostentar más individuos distinguidos por estudios y posición social, con la que al par de honrarse a sí mismos honran al pueblo aquél donde nacieron.
Como corolario demostrativo de lo anterior, anoto a continuación nombres y posición intelectual y social de individuos naturales de Espiel que existen en la actualidad y los honrosos puestos que ocupan, dejando de hacerlo de otros que de la misma localidad he conocido y ya no existen, y quizá también de alguno que en este momento no recuerde:
He querido escribir esta crónica de tiempos pasados y presentes, tanto con la idea de que pueda servir de estímulo a los habitantes de otros pueblos, cuanto para demostrar una vez más mi afecto y agradecimiento a los de Espiel, para mí tan querido, en el que he disfrutado en tiempos de mi juventud las horas más agradables y hermosas de mi vida.

Hilario J. Solano

  1. Un pueblo privilegiado. Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos: Año LXXIII Número 31886 - 1922 mayo 18.