
El antiguo barrio de los Corrales estuvo formado por modestas casas de labradores, en su mayoría con cuadras, agrupadas en el entorno de la Ermita dedicada a la Visitación de Nuestra Señora y el Espíritu Santo, que en 1570, se erigió en parroquia.
El río Guadalquivir, que rodeaba este barrio, lo castigaba frecuentemente con sus numerosas crecidas.
A partir de la riada de 1947, que arrasó chozas y chabolas, comenzó a construirse la barriada de Fray Albino, para paliar la escasez de viviendas.