Celestino Gómez Parra (Guijuelo, Salamanca), procede de una familia de industriales de la carne. En una pequeña industria transformaban los cerdos ibéricos que se criaban en Andalucía y Extremadura y posteriormente los comercializaban.
En 1939 Celestino Gómez Parra decide independizarse, y con sus hijos se traslada a Córdoba donde levanta una fábrica de embutidos y salazones. En 1947 inauguran una fábrica nueva, con matadero y mayor producción.
A partir de ese momento, se decide a tener su propia ganadería de cerdo ibérico y controlar todo el proceso. En 1984 se constituyó la sociedad Celestino Gómez Parra S.A., en la que entra a formar parte la quinta generación familiar en su accionariado.