El papa Francisco y Córdoba

La relación del Papa Francisco con la provincia de Córdoba se ha manifestado principalmente a través de su vínculo personal y contacto telefónico con la comunidad de monjas Carmelitas Descalzas del Monasterio de San José y Santa Teresa en Lucena.

Esta conexión se hizo pública a finales de 2013, cuando el Papa Francisco intentó contactar con el convento el 31 de diciembre. Al no obtener respuesta por estar la comunidad en oración, dejó un mensaje en el contestador automático que alcanzó notoriedad: "¿Hola, qué andarán haciendo las monjas que no pueden atender? Soy el Papa Francisco, quiero saludarlas en este fin de año. Veré si más tarde las puedo llamar. Que Dios os bendiga". Ese mismo día, volvió a llamar por la tarde y pudo conversar con la priora, Sor Adriana de Jesús Crucificado, de origen argentino como él. En ese momento, la comunidad estaba formada por cinco monjas, tres de ellas argentinas. El Papa pidió que se hiciera pública la conversación y envió su bendición al pueblo de Lucena.

El 2 de agosto de 2014, el Papa Francisco llamó por tercera vez, manteniendo una conversación de 40 minutos con Sor Adriana. Durante la llamada, el pontífice se interesó por la congregación, compartió que preparaba su viaje a Corea del Sur y pidió transmitir su cariño a los habitantes de Lucena. La priora le transmitió anécdotas locales, como la de un vecino que se refería a él como "Papa Curro".

La relación entre el Papa Francisco y Sor Adriana se remontaba a unos 15 años antes de 2014, cuando él era arzobispo de Buenos Aires. Aunque no se conocieron personalmente, mantenían contacto telefónico frecuente. Sor Adriana había llegado a Lucena 23 años antes de su fallecimiento en 2023, procedente de un Carmelo en Castellón, tras iniciar su vida religiosa en Buenos Aires.

El Obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha mencionado en varias ocasiones que el Papa Francisco le preguntaba por las monjas de Lucena y les enviaba saludos.

El contacto continuó hasta los últimos momentos de vida de Sor Adriana. En septiembre de 2023, poco antes de su fallecimiento en el Hospital San Juan de Dios (aunque falleció en el monasterio según otra fuente), el Papa Francisco la llamó para reconfortarla. Tras su muerte (el viernes 15 de septiembre de 2023), el Papa volvió a telefonear al convento para transmitir su pésame a la comunidad, que en ese momento contaba con cuatro religiosas. El capellán del convento, Eugenio Bujalance, confirmó estas últimas llamadas.

En julio de 2024, la comunidad carmelita anunció su marcha de Lucena tras 412 años de presencia en la ciudad, debido a la escasez de vocaciones (quedando solo 3 monjas) y la necesidad de reforzar otro Carmelo en Cabrera (Salamanca). La decisión contó con el apoyo del Obispo Demetrio Fernández y del propio Papa Francisco, quien mantuvo su cercanía a través de llamadas telefónicas.

El Monasterio de San José y Santa Teresa, fundado originalmente en Cabra en 1603 y trasladado a Lucena en 1611, tuvo un papel relevante en la vida religiosa y cultural de la ciudad, cediendo imágenes como la de Santa Teresa a la Parroquia de Santiago en 2006 y el Santo Cristo de la Misericordia a la Archicofradía de Nuestro Padre Jesús.