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El olivar en seto es un sistema moderno de cultivo de olivos en alta densidad que ha revolucionado la agricultura en Córdoba, permitiendo una mayor mecanización y rápida entrada en producción. Este método, impulsado por empresas locales como Todolivo y respaldado por investigaciones de la Universidad de Córdoba, destaca por su impacto económico, ambiental y su potencial sostenible.

Historia y desarrollo en Córdoba

El olivar en seto comenzó a implementarse en España en 1993, pero en Córdoba, Todolivo, con sede en Pedro Abad, fue pionera al iniciar plantaciones en 1999 en municipios como Pedro Abad y Villarrubia. En 1997, la empresa ya había plantado 473 hectáreas, consolidándose como líder mundial en olivar en seto de secano. Actualmente, las densidades de plantación alcanzan hasta 3.000 árboles por hectárea, reflejando un crecimiento continuo.[1]

Características técnicas

El sistema se caracteriza por su alta densidad, con 400-550 plantas por hectárea en secano y 650-900 en regadío. Variedades como Koroneiki, Arbosana y Arbequina son comunes, y Todolivo ha desarrollado 72 nuevas variedades adaptadas al clima cordobés.[2] La mecanización permite recolectar hasta 21.580 kg de olivas por hectárea, produciendo 3.534 kg de aceite virgen extra por hectárea. La poda en falsa palmeta y la recolección eficiente (1 ha en 50 minutos) reducen costos a 1-3 céntimos por kg de olivas.[3]

Impacto económico

El olivar en seto ha mejorado la rentabilidad de los agricultores cordobeses, reduciendo el uso de agua en un 40% en regadío y los costos de insumos. Esto ha generado empleo en sectores como la fabricación de maquinaria y la exportación de aceite, fortaleciendo la economía de Córdoba.[4]

Impacto ambiental

Estudios de la Universidad de Córdoba certifican que el olivar en seto captura en promedio 46.686 kg de CO₂ por hectárea al año, con picos de 74.620 kg, actuando como sumidero de carbono. Emite solo 830 kg CO₂/ha/año, lo que lo hace clave en la lucha contra el cambio climático.[5] Innovaciones como el "Wildlife Protection System" de la empresa cordobesa Agrónomus protegen la avifauna durante la recolección.[6]

Retos y controversias

Algunos agricultores tradicionales, respaldados por Asaja Córdoba, critican el sistema por su impacto en el paisaje y la posible pérdida de prácticas heredadas. En 2024, se opusieron a la candidatura del Paisaje del Olivar como Patrimonio Mundial, temiendo restricciones.[7]

Perspectivas futuras

El olivar en seto representa más del 35% de la producción mundial de aceite de oliva virgen extra. Investigaciones de la Universidad de Córdoba exploran su integración con agrovoltaica, combinando producción de aceite con energía solar, lo que podría consolidar a Córdoba como referente en sostenibilidad.[8]

Tabla resumen

Aspecto Detalles
Densidad de plantación 400-550 plantas/ha (secano), 650-900 (regadío)
Variedades destacadas Koroneiki, Arbosana, Arbequina, 72 nuevas de Todolivo
Producción media 3.534 kg aceite virgen extra/ha, 21.580 kg olivas/ha
Captura de CO₂ 46.686 kg CO₂/ha/año (promedio), hasta 74.620 kg
Eficiencia de recolección 1 ha en 50 min, 20 ha/día, costo 1-3 céntimos/kg olivas
Beneficios económicos Mayor rentabilidad, 40% menos agua, menos insumos
Beneficios ambientales Sumidero de carbono, menor consumo de recursos, biodiversidad

Véase también

Referencias

Enlaces externos