
María Santísima de la Esperanza es una dolorosa de candelero tallada en 1947 por el imaginero cordobés Juan Martínez Cerrillo. Es una de las imágenes titulares de la Hermandad de la Esperanza.
Encargo y Creación
Su encargo se produjo el 1 de agosto de 1946 por el entonces Hermano Mayor de la Hermandad, D. Bernardino Garzón Marín (fiscal de la Audiencia Provincial). Las condiciones puestas por Martínez Cerrillo fueron particulares: no cobró nada por la ejecución, siendo una donación suya a la Hermandad, a cambio de que la Cofradía intercediera ante el párroco de San Lorenzo para recuperar una imagen que había realizado tiempo atrás para la cofradía del Calvario y que se encontraba olvidada en la iglesia.
Tras realizar la Hermandad las gestiones solicitadas, Martínez Cerrillo talló la imagen. La bendición, prevista inicialmente para el 18 de diciembre de 1946 (festividad litúrgica de la Expectación de María), tuvo que posponerse al no estar concluida. El imaginero realizó un vaciado de escayola que presentó a la Hermandad para cerciorarse de que respondía a sus deseos, lo que retrasó los plazos.
Además, surgió un inconveniente con el párroco de Santa Marina de Aguas Santas, que se opuso a que la imagen entrase en la iglesia. Por ello, se guardó temporalmente en el convento de Santa Isabel de los Ángeles hasta los actos cuaresmales del 16 de febrero de 1947, cuando fue finalmente bendecida, actuando como madrina la esposa del Hermano Mayor que ejercería entre 1955-1969 (Nota: Existe posible discrepancia cronológica o de identidad con la madrina, según diferentes fuentes aportadas sobre la Hermandad).
Descripción de la Imagen
Martínez Cerrillo realizó una imagen de vestir de tamaño natural. Es una Virgen morena, de rostro juvenil y aniñado, con una expresión de dolor contenido. Destaca por su rostro redondeado, cejas negras gruesas y marcadas, oyuelo (hoyuelo) en la barbilla, nariz ligeramente achatada y ocho lágrimas de cristal que surcan sus mejillas. Sus intensos ojos verdes, entreabiertos, parecen retener el llanto y reflejan una profunda expresión serena y delicada.
Valoración Artística y Devocional
Considerada una de las imágenes más bellas y emblemáticas que procesionan en la Semana Santa en Córdoba, provoca una gran impresión y cuenta con gran cantidad de devotos que la visitan en su capilla de la Parroquia de San Andrés, especialmente el 18 de diciembre, festividad de la Expectación, cuando se expone en Solemne y Devoto Besamanos. Junto a Nuestra Señora de los Dolores y María Santísima de la Paz y Esperanza, se trata de una de las grandes devociones marianas cordobesas, a pesar de no haber sido aún coronada canónicamente. Su belleza y devoción la convierten en un símbolo de esperanza y fe para los fieles.
Según Mª Dolores Díaz Vaquero y Alberto Villar Movellán:
"...Es sin duda una de las dolorosas con personalidad más definida de cuantas salieron de las manos del artista...".
(Córdoba: Tiempo de Pasión, pág. 224)
Antonio Flores Muñoz señala sobre sus rasgos:
"...Juan Martínez Cerrillo, personaje importante del mundillo cofrade cordobés de aquellos años, consiguió con esta imagen una de sus Dolorosas más logradas, de bello rostro aniñado, con rasgos gitanos..."
(Ntro. Padre Jesús de las Penas en la Córdoba de los años cincuenta, pág. 34)
Existen diferentes versiones sobre la modelo que inspiró sus rasgos gitanos. Una apunta a una joven que vivía en la Calleja los Cidros, justo en el límite entre las parroquias de San Lorenzo y Santa Marina de Aguas Santas. Sin embargo, según Maribel Gómez, colaboradora del imaginero, el propio Martínez Cerrillo afirmaba haberse inspirado en una gitana que vendía espárragos en el arco alto de la Plaza de la Corredera.
Restauración
La imagen fue restaurada en 2011 por Antonio Bernal Redondo.
Culto y Procesión
María Santísima de la Esperanza procesiona bajo palio el Domingo de Ramos, acompañada de un rico ajuar.