El Partido Democrático Progresista fue fundado por el republicano Emilio Castelar en 1880 junto a una facción encabezada por Cristino Marcos de los llamados «progresistas-democráticos», provenientes de los radicales. Este sector aún se mantenía beligerante con los preceptos conservadores que articularían el nuevo régimen de la Restauración, y se negaban, pese a los intentos de Sagasta, a integrarse en el Partido Fusionista.
En efecto, esta resistencia llevó a que los «progresistas-democráticos» de Martos se uniesen en abril de 1880 con los demócratas de Emilio Castelar, naciendo así el «Partido Democrático Progresista», que defendía el modelo republicano y el sufragio universal. Esta nueva formación sería la cuna política de Rafael Barroso y Lora, aunque en los años siguientes el cordobés iría moderando sus posiciones para acabar siendo un firme defensor del sistema monárquico.
- Elecciones de 1881
El joven Barroso, que apenas contaba con 26 años de edad, concurrió como candidato demócrata-progresista por la circunscripción de Córdoba en las elecciones generales de agosto de 1881, quedando en cuarta posición tras los conservadores y los liberales. Aunque no pudo alcanzar el escaño al que aspiraba, quedaba patente su ambición por alcanzar un puesto en el hemiciclo.
Dado que los resultados de aquellas elecciones de 1881 no habían satisfecho las expectativas de muchos de los miembros del «Partido Democrático Progresista», una facción del mismo decidió escindirse, alejándose de los planteamientos más radicales de los seguidores de Manuel Ruiz Zorrilla. Entre estos díscolos se encontraba Antonio Barroso y Castillo, pero también figuras destacadas como Cristino Martos o José Canalejas. Este grupo se integró en 1882 en la Izquierda Dinástica del general Francisco Serrano, manteniéndose Barroso en los sectores denominados «demócratas» de la formación, junto a Martos y Eugenio Montero Ríos, con quien mantuvo una estrechísima relación durante toda su vida.
- Elecciones de 1884
En las elecciones generales de 1884, Barroso volvió a ser candidato a diputado por Córdoba por la Izquierda Dinástica, aunque no logró el acta. Espoleada por la victoria conservadora en aquellas elecciones, la Izquierda Dinástica se apresuró a integrarse en el Partido Liberal-Fusionista de Sagasta. De esta manera, el líder de los liberales conseguía asimilar para el nuevo sistema a una importante facción de antiguos republicanos que aún seguían defendiendo la vigencia de la Constitución de 1869. En las elecciones de 1886 Barroso volvió a presentarse por tercera vez como candidato a diputado, esta vez por el Partido Liberal-Fusionista, obteniendo por fin su ansiado escaño.[1]
Referencias
- ↑ La figura de Antonio Barroso y Castillo: promoción social y política de la burguesía provinciana en la Restauración, por Marcos Calvo-Manzano Julián, en Moreno Seco, Mónica (coord.); Fernández Sirvent, Rafael y Gutiérrez Lloret, Rosa Ana (eds.): Del siglo XIX al XXI. Tendencias y debates. XIV Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea, Universidad de Alicante, 2018. Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2019. ISBN 978-84-17422-62-2, pp. 456-466.