Rafael Luque «el Loro» (1901-1972) fue sacristán de la parroquia de Santiago.
Biografía
Vecino de Santiago y muy cercano a la Iglesia, tras la Guerra Civil ocupó el puesto de sacristán de la parroquia de Santiago. Casado con María Montes, tuvo seis hijos. A Rafael Luque le apodaban “El Loro” entre otras cosas porque tenía una nariz sobresaliente. Manuel Estévez en su blog[1] recuerda lo siguiente:
Al realizar sus cantos de iglesia, su nariz, daba un timbre especial a su voz. Este hombre vivía muy cerca de la propia parroquia, junto al pequeño Hogar parroquial que hubo antaño y que curiosamente fue donde un grupo de jóvenes de la JOC, fundaron en Córdoba, la primera célula del sindicato Comisiones Obreras. Al frente de aquel grupo estaba José Balmón Castell, que fue aprendiz en la Electro Mecánicas.
Manuel Estévez, "Los pájaros".[2]