Balneario de Santa Elisa

Ruinas del balneario de Santa Elisa

El Balneario de Santa Elisa, también conocido como Balneario de Peñas Blancas o Gran Hotel de Santa Elisa, fue un importante establecimiento hidromedicinal situado en el paraje de Peñas Blancas, en el término municipal de Espiel, Córdoba. Se encuentra en el valle del arroyo de las Navas del Molero, entre la carretera N-422 y la carretera de acceso al Poblado de Puente Nuevo.

Historia y Descripción

Construido a mediados del siglo XIX, inicialmente fue una edificación de planta rectangular con dos pisos, decoración sencilla y una fachada orientada al Este. En la década de los años veinte del siglo XX, el edificio fue reformado significativamente, añadiendo una nueva fachada orientada al sur y torreones en cada esquina. Esta reforma enriqueció su estética con balaustradas, molduras y cerámica de color añil. El complejo también contaba con una capilla independiente situada al norte del edificio principal.

El balneario fue regentado por Elisa Velarde y se convirtió en un punto de atracción para la alta sociedad de la época. Existió una notable rivalidad con el Balneario de Villaharta (también conocido como de Fuente Agria), propiedad de Elías Cervelló y Chinesta. Este último había registrado la marca Aguas de Villaharta en 1880 y llegó a demandar a Elisa Velarde por el uso de esta denominación para promocionar Santa Elisa, lo que derivó en un largo proceso legal.

Las temporadas oficiales de apertura del balneario eran del 15 de abril al 15 de junio y del 1 de septiembre al 31 de octubre. La publicidad de la época destacaba sus aguas como "sin rival para los diabéticos" y el establecimiento como un "verdadero sanatorio" con "clima de altitud" en plena Sierra Morena.

Durante la Guerra Civil Española, el balneario sirvió como hospital de campaña. Tras el conflicto, entró en un proceso de decadencia y abandono, sufriendo numerosos expolios que llevaron a su destrucción.

Aguas y Manantiales

El balneario se abastecía principalmente de las aguas del manantial de la Fuente de San Rafael, que llegaban mediante un viaducto. Asociadas a este complejo también se encontraban las fuentes de Fuente de La Lastra, Fuente de La Lastrilla, Fuente Del Cura, Fuente Del Santo y Fuente de Los Angelitos. Todas ellas formaban parte del conjunto conocido como Aguas de Villaharta, junto con las del Balneario de Villaharta. El agua subterránea circula por rocas metamórficas no carbonatadas.

Visitantes Ilustres

El Gran Hotel de Santa Elisa fue frecuentado por importantes personalidades de la política y la alta sociedad española de principios del siglo XX. En la temporada de 1900 se hospedaron figuras como la duquesa de Tetuán, el marqués de Bérriz, los condes de Esteban Collantes, el general Martínez Campos, la condesa de Romanones, los marqueses de Villamediana y la condesa de Viamanuel. Se cuenta que el propio ministro Romanones se alojó en el balneario e incluso llegó a celebrar un consejo de ministros allí.

Un suceso notable fue la muerte del obispo de Salamanca, el reverendo Cámara, en las instalaciones del balneario en 1904, un episodio que tuvo gran repercusión nacional. Fueron testigos del fallecimiento personalidades como la marquesa de Monteagudo, los marqueses de Torrelaguna, el marqués de Villamediana y el conde de Cerragería.

Se organizaban también actividades lúdicas como "merendillas y capeas". Una crónica del 11 de junio de 1904 recoge una capea en la que participó el astrónomo alemán señor Phillonewsky. Diariamente, una recua de burros transportaba a los agüistas desde Santa Elisa a Pedrique.

Estado Actual

Actualmente, el Balneario de Santa Elisa se encuentra en estado de ruina. En la cara sur del edificio principal todavía se conservan una pareja de sillones "tú y yo" de piedra, un par de fuentes y un cedro, vestigios de lo que fueron sus jardines. El caudal del manantial principal es muy bajo (0-1 l/s) pero no se agota nunca. El acceso a las ruinas es con permiso y su uso público actual es bajo. Su estado de conservación es deficiente, amenazado por el abandono, la suciedad y los vertidos. A pesar de su estado, se le atribuyen altos valores científico-didáctico (minero/medicinal), paisajístico, histórico-sociocultural, arquitectónico y de arraigo popular. El Ayuntamiento de Villaharta ha manifestado su intención de recuperar tres fuentes asociadas diseminadas por el término municipal.

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