Nació en 1563 en Lucena. Se traslado con su familia a Antequera a los pocos años de nacer.
Años más tarde su padre le envia a Córdoba por sus habilidades en la pintura, formandose junto a Pablo de Céspedes en la nueva escuela de pintura que había fundado tras su vuelta de Roma. Durante muchos años ganó experiencia y prestigio, que le dieron importancia para dirigirse a la escuela sevillana, en la cual estuvo durante bastantes años junto a Francisco Pacheco, suegro de Velázquez, como tutor.
Estuvo realizando muchos cuadros y lienzos con estilo renacentista italiano para palacios e iglesias en Sevilla, Utrera y Antequera, ciudad donde en la que acabó residiendo hasta el 14 de agosto de 1625, día en el que falleció tras años de problemas y enfermedades.
Las manos de Antonio Mohedano, además de la pintura, eran buenas para la poesia, por sus sonetos.