El arroyo de Guad-al-Roman, a pesar de su nombre árabe, es un humilde curso de agua que recorre parte de Sierra Morena y desemboca en el Guadalquivir entre los términos de Córdoba y Almodóvar del Río. Aunque normalmente tranquilo, en épocas de lluvias se transforma en un peligroso torrente. Es conocido entre los cazadores cordobeses por los abundantes cotos que atraviesa y por la belleza de su entorno natural.
Uno de los lugares más pintorescos de su recorrido se encuentra entre las fincas de La Bastida y La Cigarra Alta, donde tres cerros forman una figura triangular. Uno de ellos, completamente pelado y en la margen izquierda del arroyo, destaca por su forma cónica y su nombre intrigante: el Cerro de la Monja. Pocos conocen el origen de ese nombre, pero existe una leyenda que lo explica.
En una noche tormentosa de otoño, Don Luis de Medina, un noble joven y respetado de Córdoba, se dirigía a caballo al caserío de "El Rosal" para huir con su amada, Doña María. Ella era sobrina de un canónigo que pretendía hacerla monja, y ambos enamorados habían decidido casarse en secreto. A pesar del temporal, partieron juntos rumbo a la finca "Los Ídolos" en Almodóvar del Río, donde se realizaría la ceremonia.
La tormenta se intensificó mientras cabalgaban por la sierra. Al llegar al arroyo de Guad-al-Roman, un relámpago los hizo caer del caballo. Don Luis murió en el acto, y Doña María, al ver su cuerpo inerte, corrió desesperada por la sierra pidiendo auxilio. En la oscuridad y el pánico, ascendió hasta una meseta del cerro pelado y, al ver una luz en la lejanía, intentó acercarse. Pero un nuevo relámpago la deslumbró y cayó por la ladera hasta el arroyo, cuyas aguas arrastraron su cuerpo.
Al día siguiente, unos cabreros comentaban la misteriosa muerte de Don Luis, cuyo cadáver fue hallado sin señales de violencia. Uno de ellos afirmó haber visto a una mujer vestida de blanco en lo alto del cerro durante la tormenta, lo que atribuyó a una aparición sobrenatural. Con el tiempo, esa visión se convirtió en leyenda, y desde entonces, el cerro fue conocido como el "Cerro de la Monja".