Ermita de la Virgen de La Antigua

Entrada principal de la Ermita de Nuestra Señora de la Antigua.

La Ermita de Nuestra Señora de la Antigua es un templo católico situado en el término municipal de Hinojosa del Duque, en la provincia de Córdoba. Se encuentra a 14 kilómetros de la población, enclavada en el Cerro de la Antigua, un paraje del Valle de Los Pedroches que combina dehesa, olivar de sierra y monte.

El templo es de estilo ojival, datado entre finales del siglo XIII y principios del siglo XIV, y presenta una orientación este-oeste. Consta de una sola nave con cuatro cuerpos separados por arcos apuntados. La cubierta de la nave es de bóveda barroca con lunetos, mientras que el presbiterio se cubre con una bóveda de crucería.

Este lugar fue un punto de paso de la calzada romana Item a Corduba-Emeritan, que unía las capitales de la Bética (Córdoba) y Lusitania (Emerita Augusta).

Historia y devoción

Según la tradición, la imagen de la Virgen de la Antigua fue encontrada en el siglo XIII en un pozo cercano a la ermita, conocido como la Fuensanta. Se cree que pudo haber sido ocultada allí por cristianos para protegerla durante la ocupación sarracena. La devoción a la Virgen de la Antigua en Hinojosa del Duque se remonta prácticamente a los orígenes de la población tras la reconquista de Córdoba en 1236 y el subsiguiente proceso repoblador del norte de la actual provincia.

La advocación "de la Antigua" le fue dada probablemente por el rey Alfonso XI, quien menciona en su Libro de las Monterías sus actividades cinegéticas en la zona. Las crónicas reales también registran que el Domingo de Ramos del año 1332, el monarca asistió a la liturgia en este lugar de la Finojosa durante su trayecto de Sevilla a Castilla.

La Virgen de la Antigua fue una de las principales devociones de la dinastía de Castilla y León, tras su aparición a San Fernando en un muro de la mezquita mayor de Sevilla. Esta devoción se difundió por toda España, especialmente en Andalucía, y desde Sevilla llegó a la América española, destacando su culto en Panamá. Diego Ortiz de Zúñiga, en su Historia de la Virgen de la Antigua (1739), destacaba la promoción real de esta devoción. Se considera que esta vinculación regia y la procedencia sevillana de la advocación son fundamentales, y muchos afirman que fue Alfonso XI quien, a principios del siglo XIV, otorgó esta advocación a Santa María, ya venerada en la ermita.

En el siglo XIX, la devoción a la Virgen de la Antigua estaba firmemente consolidada en Hinojosa del Duque.

Interior de la Ermita de Nuestra Señora de la Antigua.

El Santuario

La ermita posee un destacado valor arquitectónico y artístico. De estilo ojival y datada entre finales del siglo XIII y principios del siglo XIV, su estructura es de una nave con cuatro cuerpos separados por arcos apuntados. La cubierta es de bóveda barroca, y el presbiterio presenta una bóveda de crucería. Este último está presidido por la imagen de Nuestra Señora de la Antigua, ubicada en una hornacina decorada con pinturas.

La bóveda del presbiterio está policromada con escenas pintadas al óleo, enmarcadas por medallones de estilo rococó dorados con pan de oro, que narran la historia de la salvación y los hitos más importantes en la historia de la Patrona.

En abril de 2021, el Obispo de Córdoba declaró oficialmente esta ermita como Santuario, reconociendo su importancia como lugar de peregrinación, oración y culto permanente a la venerada imagen de Nuestra Señora de la Antigua, Patrona y Alcaldesa Perpetua de la Ciudad de Hinojosa del Duque.

Cofradía

La Cofradía de Nuestra Señora de la Antigua cuenta con documentación que acredita su existencia consolidada ya en el año 1587.

Importancia cultural y religiosa

El Santuario es un lugar muy querido y visitado por los hinojoseños. Cada año se celebra en él la tradicional Romería, considerada la más importante de la zona, congregando a miles de personas de Hinojosa del Duque, del resto de la comarca del Valle de Los Pedroches y del Valle del Guadiato. Esta manifestación de religiosidad popular conserva un ritual antiguo y es un símbolo de la cultura e identidad local.

El Padre Juan Ruiz, O.Carm., en su libro La Ilustre y Noble Villa de Hinojosa del Duque (1922), ya destacaba la ermita como "uno de los más venerados santuarios de estos términos", resaltando la frecuencia con que era visitado el santuario y cómo la imagen recibía numerosas limosnas y exvotos.

Extensión de la devoción en el siglo XX

A principios del siglo XX, la devoción a la Virgen de la Antigua se extendía más allá del término de Hinojosa del Duque. Familias de pequeñas poblaciones y cortijos cercanos como Las Patudas, El Perú, La Toleda, Los Galapagares, el Peñón de la Zarza y La Antigua, que sumaban 633 habitantes fijos en 1900, participaban activamente. Las Patudas incluso solicitó constituirse como Entidad Local Menor en 1931. Una de las tres fiestas celebradas en el Santuario era el "Cerco de Cera", destinada al cumplimiento pascual de los moradores de estos cortijos.

La devoción también alcanzaba pueblos del Alto Guadiato como Peñarroya-Pueblonuevo, Valsequillo y La Granjuela. Publicaciones en la Revista Mariana de 1925 y 1926 recogen testimonios de la afluencia de devotos de pueblos comarcanos. Un artículo de 1924, atribuido a un seminarista de Hinojosa del Duque, describía la Romería con gran afluencia de fieles, misas solemnes y la procesión de encuentro entre la imagen de la Virgen y la de Jesús Resucitado en la entrada del pueblo.

Vínculo literario

El Padre Juan Ruiz vinculó el Santuario de la Virgen de la Antigua con la popular serranilla La Vaquera de la Finojosa, obra del Marqués de Santillana de mediados del siglo XV:

[…]Faciendo la vía

del Calatraveño a Santa María,

vencido del sueño,

por tierra fragosa perdí la carrera,

do vía la vaquera

de la Finojosa. […]

Guerra Civil y restauración

Durante la Guerra Civil Española, el templo sufrió graves daños y tuvo que ser restaurado con la colaboración de todo el pueblo de Hinojosa del Duque.