Juan "El Agorero"
Juan García Salido fue uno de los muchos marmolistas que dedicaron toda su vida al esculpir lápidas. Vivió por los años cuarenta y cincuenta del siglo XX en el barrio del Campo de la Verdad donde tenía su taller.
Hubiera pasado desapercibido sino hubiera sido por fijar el anuncio de su fallecimiento y el de su hijo en una lápida cincelada por el mismo. Al respecto decía estos comentarios:
- Ahí en un rincón del patio tengo esculpidas las lápidas de mi fallecimiento y la de mi hijo. Como verá, tienen la fecha del óbito. La mía es la siguiente: “ R.I.P. Juan García Salido, falleció el 1 de julio de 1949, a los 44 años de edad. Y la de mi hijo “R.I.P. Juan García del Moral, que falleció el 1 de marzo de 1950 a los 12 años de edad.
- Todo fue una corazonada por eso de estar diariamente trabajado para los muertos, la verdad que lo pensé, y me supe mano a la obra.
- No se cumplió lo previsto tanto para mí como para mi hijo, gracias a Dios. Pues nada… cuando llegó la fecha fatídica me dije: - A esperar otro año no vaya a ser que me haya equivocado. Al llegar estas fechas nefastas “vivía en la antesala de la muerte….” Han pasado bastantes años y parece que aún estoy vivo y coleando.
- Con respecto a las fecha de mi hijo sentí remordimientos, ahora tiene 17 años y está llenó de salud. ¡Maldito pronóstico… que me tenía sin vivir! Con el tiempo, pensé que todo era una broma funesta que me hacía a mí mismo, pero bueno era tener todo previsto, entre otras cosas la lápida hecha para mi entierro.
Individuos como Juan "El Agorero" eran producto de una época donde el culto a los fallecidos era todo un ritual, que como se ve, él mismo quería aplicarse por su condición de lapidario. ¡En qué mejor lapidario podía depositar el encargo!