El monje confesor y misionero español San Diego de Alcalá nació en 1400 en San Nicolás del Puerto (Sevilla), en el seno de una familia humilde.
Fue cooperador franciscano y sacristán en Córdoba antes de ingresar en el convento de los frailes menores de Arrecife (en la isla canaria de Lanzarote), donde trabajó de portero ayudando a los pobres que llamaban a la puerta. Se cuenta que logró muchas curaciones milagrosas gracias al aceite de la lámpara que iluminaba la imagen de la Virgen María. También fue misionero en Fuerteventura, donde convirtió a numerosos isleños y fundó un convento. Peregrinó a Roma en el año jubileo atendiendo a los enfermos de la epidemia de peste que sufría la ciudad.
Murió en Alcalá de Henares, donde descansan sus restos, en 1463. A instancias del rey de España Felipe II, Diego de Alcalá fue canonizado en 1588 por el papa Sixto V. Su festividad se celebra el 12 de noviembre