Nació en Córdoba, siendo desde muy joven uno de los principales animadores de la comunidad cristiana . Sus fuertes convicciones le llevaron a la predicación de la Fe, a pesar de los tiempos difíciles que ésta vivía por cuenta de las persecuciones, especialmente crueles , del final del siglo III e inicio del siglo IV, durante el gobierno del emperador Diocleciano y su régimen derivado, la "Tetrarquía".
Con los numerosos edictos que el emperador Diocleciano publicó, hizo que Secundino fuera acusado de publicar doctrinas de Jesucristo, haciendo ésto que fuera apresado y apaleado; al no cambiar de pensamientos y seguir frente a sus acusadores, fue condenado a muerte y decapitado el 21 de mayo del 306, día en el que la Iglesia lo conmemora.