Frase que se generalizó en la población cordobesa en el tercer cuarto del Siglo XIX. Dícese de quien fracasa en una empresa o mete la pata en un acto.
El Mojoso, fue un subalterno de la cuadrilla de Rafael Molina "Lagartijo", y a juzgar por el dicho recogido, no parece que cuajara grandes actuaciones en el Coso de los Tejares.