Obispo José Antonio Infantes

José Antonio Infantes Florido
Nacimiento:	24 de enero de 1920 Almadén de la Plata
Fallecimiento:	6 de noviembre de 2005 Gelves
Destacado:	Obispo de Canarias y de Córdoba
Obispo de Córdoba 1978 - 1996
Predecesor:	José María Cirarda Lachiondo
Sucesor:	Francisco Javier Martínez Fernández
Contexto histórico
Décadas: 1960 - 1970 - 1980 - 1990 - 2000

José Antonio Infantes Florido nació en Almadén de la Plata (Sevilla) el 24 de enero de 1920.

Datos biográficos

Su vocación sacerdotal -y su ordenación- estuvieron condicionadas por la Guerra Civil de 1936-39. Ingresó en el Seminario Metropolitano Hispalense donde estudió Filosofía y Teología, siendo ordenado Presbítero el 19 de mayo de 1951. Se doctoró en Derecho Civil por la Universidad de Sevilla y en Derecho Canónico por la Universidad Gregoriana de Roma. En la Diócesis hispalense desempeñó varios cargos pastorales: párroco de San Pedro en Huelva, coadjutor del Sagrario de la Catedral hispalense, ecónomo de la parroquia de San Andrés, y por último, párroco del Salvador.

El 21 de septiembre de 1967 fue consagrado Obispo de Canarias (con sede en Las Palmas de Gran Canaria). Infantes Florido puede considerarse, -junto con el jiennense-de Castillo de Locubín- monseñor Rafael Álvarez Lara (obispo de Mallorca por aquel mismo tiempo)- como pionero del Movimiento Ecuménico en España. Consciente de la importancia del turismo en las islas, en gran parte procedente de países nórdicos no católicos, fomentó el diálogo con los hermanos separados y la Semana de Oración por la Unidad y levantó el Templo Ecuménico de la Playa del Inglés, en Maspalomas, en el Sur de Gran Canaria, sin duda su obra emblemática, que fue inaugurado en 1971. Tras once años en esta sede, el 25 de mayo de 1978 tomó posesión de la Diócesis de Córdoba, que sufría una grave crisis por las numerosas secularizaciones posconcilianas y los efectos del episcopado de Cirarda.

Como pastor de la Diócesis de Córdoba, promovió intensamente las vocaciones sacerdotales -muy necesarias-, reabrió los Seminarios Mayor y Menor de San Pelagio. Asimismo realizó continuas visitas pastorales, creó nuevas parroquias y edificó nuevos templos como los de Santa Beatriz de Silva en la urbanización Azahara o Nuestra Señora de la Aurora, en la barriada de Fátima, Santa Luisa de Marillac, en el Polígono del Guadalquivir y la parroquia del Inmaculado Corazón de María, en la urbanización Miralbaida. Muchas de estas iglesias presentan en sus edificios los colores azul "purísima" y blanco, vinculados al propio prelado (normalmente en los campanarios).

Creó e inauguró la Casa Sacerdotal Medina y Corella en el edificio del Seminario; y el Museo Diocesano de Bellas Artes de Córdoba en el Palacio Episcopal.

Por su contribución al ecumenismo, fue reconocido con la Cruz de Oro del Monte Athos, concedida por el Patriarca ortodoxo de Constantinopla, Atenágoras. En 1996 presentó su renuncia por edad como Obispo diocesano, que le fue aceptada. Monseñor Infantes fue Presidente de la Comisión de Relaciones Interconfesionales en la Conferencia Episcopal Española (dos trienios) y Delegado Episcopal para el Patrimonio Cultural de los Obispos del Sur.

Labor pastoral y visión sobre Córdoba (Entrevista de 1987)

En una entrevista concedida a Mario Carlos Fraile Vergel en 1987, siendo Obispo de la Diócesis de Córdoba, José Antonio Infantes Florido reflexionó sobre diversos aspectos de su ministerio y su percepción de la ciudad y la provincia.

Sobre los desafíos de la época, mencionó cómo "el hambre del mundo", "las opresiones", "la manipulación" y "los atentados a la vida y a los Derechos Humanos" hacían que el mandamiento del amor fraterno adquiriese "una extensión, una intensidad y unos sacrificios como pocas veces". Alertó sobre la "pérdida de la espiritualidad en el mundo moderno", una crisis del humanismo donde "el hombre está fuera de sí" y no encuentra tiempo para el recogimiento interior.

Al referirse a Córdoba, destacó su singularidad:

"hasta nuestra pacífica Córdoba tenemos la repercusión de todo este sustrato que la sociedad está está percibiendo desde abajo y que en la superficie también lo lo notamos hasta la pacífica Córdoba tan hermosa como usted la ve en esta fecha tan hoy tan dada a manifestar su religiosidad en estos días también aquí esos problemas hacen que el obispo se sienta preocupado por lo que supone eh tener una conciencia ese pueblo una conciencia a tenor con su religiosidad y con su fe"

Consideraba el símbolo de la mezquita como un reflejo del espíritu de Córdoba:

"la capacidad que tiene para para respetar para asumir para hacer suya tantas cosas nuevas que que circulan Córdoba es un ejemplo y un testimonio"

Describió al cordobés como alguien que "vive muy para dentro", "silencioso", "fino", que "no pierde el tiempo en palabras inútiles" y "sabe tomar en serio la vida".

Nacido en Almadén de la Plata, su cercanía a la Provincia de Córdoba facilitó su adaptación:

"yo cuando voy a los pueblos de la Sierra [de Córdoba] pues las mismas palabras los mismos platos las mismas costumbres es igual yo me encuentro en mi misma casa"

Su llegada a la Diócesis de Córdoba desde Canarias fue vivida como "otro regalo":

"Es una gran diócesis no solo en lo religioso sino en lo humano Córdoba Yo no digo que pueda presumir Nadie debe presumir pero sí debe estar contenta y debe gozarse de sí misma Córdoba tiene empaque tiene categoría tiene historia tiene personalidad hasta una filosofía de vida que que muchos no la entienden pero realmente es muy certera"

En la entrevista, también mencionó sus visitas pastorales por la provincia, como las realizadas a Añora y Espejo, destacando de este último "la religiosidad y simpatía" de sus gentes y cómo era un "pueblo industrioso, que está creciendo, blanco y tan alto, tan luminoso".

Finalmente, sobre la Semana Santa de 1987, comentó:

"Córdoba ha dado este año una nota muy importante de su Semana Santa (...) exuberante Con una riqueza que estaba todo yo viendo los pasos digo Aquí está todo se ha concentrado todo qué manos más hábiles Y qué inteligencia más clara desde la música hasta hasta las flores el arte la platería eh el ritmo con que llevaban esos pasos la procesión la gente tan tan seri y tan silenciosas"

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Fundó el periódico de información religiosa «Iglesia en Andalucía» y fue colaborador en el diario ABC de Sevilla y Diario Córdoba. Entre sus libros publicados destacan: sus estudios sobre el Obispo Antonio de Tavira y Almazán, prelado de las Canarias en el siglo XVIII, ilustrado y reformador. También ha dedicado algunas obras a la historia de los mozárabes bajo la dominación islamista. Así, podemos destacar: La Reconquista comenzó en Córdoba (1982), 25 años de pastoral (1992),El Obispo Tavira y la Ilustración (1997), El diario de Tavira (1998), Meditaciones de Teología Bíblica Cofrade (2004) y La Iglesia en el día a día (2005).

El 6 de noviembre de 2005 falleció en su domicilio familiar en Gelves (Sevilla). Se encuentra enterrado en una de las capillas laterales del crucero de la Mezquita-Catedral de Córdoba.

Predecesor José María Cirarda Lachiondo

Obispo de Córdoba 1978 - 1996

Sucesor Francisco Javier Martínez Fernández

Enlaces externos

• Fuente del artículo
• La transición de Andalucía
• Sevillapedia:José Antonio Infantes Florido