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Escultor, profesor, escritor, dibujante, caricaturista, columnista | |
Nacimiento: | 14 de abril de 1900 Montalbán de Córdoba |
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Fallecimiento: | 9 de septiembre de 1936 Córdoba |
Profesion: | Escultor, profesor de dibujo y modelado |
Actividad: | Escultura, enseñanza, escritura (poesía, teatro, cuento, novela corta, periodismo, guía turística), pintura, caricatura, dibujo |
Reconocimientos: | Beca de la Diputación, Primer Premio en exposición de bellas artes del Ayuntamiento de Córdoba, Premio Juan Valera, premios de poesía, teatro, cuento, novela corta, guía turística. Conocido como "El Fenómeno" |
Destacado: | Talentoso artista autodidacta y polifacético; influyente en la renovación cultural de la Córdoba de su época; sus obras se encuentran principalmente en Córdoba y provincia; víctima de la represión al inicio de la Guerra Civil Española. |
Profesor de dibujo (Escuela de Artes y Oficios de Córdoba, hasta 1936); Profesor de modelado (Escuela Aneja de La Normal, hasta 1936) |
Enrique Moreno Rodríguez (nacido en Montalbán de Córdoba el 14 de abril de 1900 y fallecido en Córdoba el 9 de septiembre de 1936), conocido como "El Fenómeno", fue un talentoso escultor, profesor y escritor cordobés, cuya figura polifacética y renovadora dejó una profunda huella en la vida cultural de Córdoba durante la Segunda República Española.
Nacido en el número 103 de la Calle Empedrada de Montalbán de Córdoba, era hijo del herrero Francisco Moreno y de Ana Rodríguez. Desde joven, se vio destinado a la forja y las labores agrícolas, sin más estudios formales que las rudimentarias "migas" rurales. Sin embargo, su talento innato para modelar el barro del Cerrillo de la Cruz y de La Rambla, localidad a la que se trasladó su familia, afloró como un juego. Por La Rambla "sintió la atracción irresistible de la tierra. Es decir de su arcilla". Enrique Moreno se casó con Amalia Ladrón de Guevara Hernández, maestra de La Maternal, a quien conoció en Zaragoza. Tuvieron cuatro hijos: Enrique, Francisco, Manuel y Antonio.
Actividad artística
Su carrera artística comenzó gracias a un retrato que modeló del entonces diputado Alejandro Lerroux. Admirado por el hiperrealismo de la obra, Manuel Villalba, colega del político, auspició su primera beca para estudiar en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba antes de cumplir los 15 años.
Con veinte años, y gracias a becas otorgadas por la Diputación de Córdoba, amplió sus estudios en Madrid, París y Roma. Durante su estancia en Europa, asimiló las corrientes más renovadoras, con especial influencia del serbio Ivan Meštrović y otros maestros rusos, que marcaron su estilo con contornos muy definidos, mezclando el cubismo y el impresionismo con el expresionismo.
A su regreso, fue considerado "El Fenómeno cordobés" que importaba los nuevos movimientos europeos. Fue una figura muy popular y querida en las tertulias culturales de Córdoba, como las del Suizo, La Perla y otros cafés-cantantes, donde compartía amistad e inquietudes con artistas como José María Alvariño, Rogelio Luque, Rafael Botí o su alumno, López Obrero. En este ambiente, actuó como un verdadero "reemisor de los nuevos aires europeos" en una Córdoba que, según algunos, estaba "lastrada por una atonía cultural".
Su lucidez y oratoria encandilaron a figuras como Federico García Lorca, Vázquez Díaz, Eugenio D'Ors y Ortega y Gasset. Se le atribuye a este último la célebre frase: "Cuando Enrique Moreno habla, Ortega y Gasset escucha". Fue un autodidacta con un vasto bagaje cultural, lector infatigable de poesía, novela, ensayo y teatro europeos, así como de filósofos como Maritain o Kierkegaard, y dominaba la lectura y traducción de catalán, francés e italiano.
Obra escultórica
La mayoría de sus obras escultóricas se encuentran en Córdoba y su provincia, siendo la única excepción un grupo escultórico en la Facultad de Medicina de Cádiz. Algunas de sus creaciones más destacadas incluyen bustos, esculturas, placas y grupos. Lamentablemente, algunas de sus figuras, como las dedicadas a Manuel Reina Montilla o Eduardo Lucena y Vallejo, fueron mutiladas posteriormente, en ocasiones por su contenido "erótico" o por otros motivos. Entre sus obras más conocidas se encuentran:
- Monumento a Cipriano Martínez Rücker (1924), ubicado en los Jardines de la Agricultura de Córdoba.
- Busto a José María Romero Escacena (hacia 1925).
- Virgen de la Esperanza (¿1923?), creada para La Rambla pero actualmente desaparecida.
- Placa al presidente del Gobierno Alejandro Lerroux (1931), en La Rambla.
- Placa de la plaza de la República (1931), conservada en el Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba.
- Placa a Francisco Alcántara Jurado (1931), en Pedro Abad.
- Monumento a Manuel Reina Montilla (1933), en Puente Genil.
- Busto de Pedro Mir de Lara (1933), en el Museo de Bellas Artes de Córdoba.
- Lápida de Isabel Arias y Álvarez (1933), en el Cementerio de la Salud de Córdoba.
- Busto de Joaquín García-Hidalgo (1934), en el Museo de Bellas Artes de Córdoba.
- Monumento a Eduardo Lucena y Vallejo (1935), que, tras ser guardado, fue colocado en la Plaza Ramón y Cajal de Córdoba.
Dibujos y escritos
Además de su faceta como escultor, Enrique Moreno fue también un notable pintor, caricaturista y dibujante. Son especialmente conocidas sus ilustraciones para el libro Poema místico de la mujer cordobesa de Octavio Nogales.
Como escritor, su polivalencia fue igualmente destacable. Obtuvo diversos premios de poesía, teatro, cuento y novela corta. Fue galardonado con el Premio Juan Valera. El Patronato Nacional de Turismo le concedió un premio por su peculiar guía de viajes, Baedecker sentimental de Andalucía, publicada en la revista Blanco y Negro el 14 de enero de 1931. Fue columnista y redactor de arte en publicaciones locales y nacionales, como Política popular, Política semanario y El Sol de Andalucía.
Actividad docente
Enrique Moreno también se dedicó a la enseñanza. Fue profesor de dibujo en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba y profesor de modelado en la Escuela Aneja de "La Normal" de magisterio.
Fallecimiento
La vida y carrera de Enrique Moreno Rodríguez terminaron abruptamente al inicio de la Guerra Civil Española. El 8 de septiembre, un emisario de Cascajo, el aspirante a pintor Ricardo Anaya, lo llevó detenido de su chalet "Granito de Oro" en El Brillante. Al día siguiente, el 9 de septiembre, fue fusilado.
Su cuerpo fue encontrado en el montón junto al Cementerio de la Salud por el marmolista y amigo Obdulio Blanco, quien lo separó del grupo y colocó un cartel: "La familia se hará cargo de sepultar este cadáver". En su tumba, sus padres y Obdulio Blanco inscribieron su nombre, fecha de nacimiento y la del "crimen", desafiando la represión del nuevo régimen.
El 9 de septiembre, cinco cordobeses firmaban en el diario La Voz un homenaje a Cascajo "por su gesto heroico y providencial", artífice del silencio que se cerniría durante años sobre la figura y obra de "El Fenómeno" en Córdoba.