La Proclamación de Isabel II en Córdoba fue una serie de actos solemnes y festivos que tuvieron lugar en la ciudad de Córdoba, principalmente el 4 de diciembre de 1833, para celebrar el ascenso al trono de la reina Isabel II tras el fallecimiento de su padre, el rey Fernando VII.[1]
Antecedentes y preparativos
La ciudad de Córdoba recibió la Real Orden para proceder a la proclamación el 26 de octubre de 1833, firmada por la Reina Gobernadora, María Cristina.[2] El Ayuntamiento de Córdoba encargó a una comisión la organización de los festejos y el examen de los antecedentes históricos para asegurar el lustre y pompa requeridos.[3]
Para el acto de tremolar el Pendón Real, que corresponde al oficio de Alférez Mayor, se contactó inicialmente con el Marqués de la Puebla.[4] Sin embargo, debido al luto por el reciente fallecimiento de su hermano y a no tener en su poder la Real Cédula, este declinó.[5] En su lugar, el Ayuntamiento eligió para este alto honor a Federico Martel y Bernuy, Conde de Torres Cabrera.[6]
Aunque la fecha inicial se fijó para el 30 de noviembre, hubo de posponerse al 4 de diciembre debido a que el Pendón Real, que el Conde de Torres Cabrera había mandado confeccionar en Madrid, no podía llegar a tiempo.[7]
Ceremonia de Proclamación
El día principal de los actos fue el 4 de diciembre de 1833. La jornada amaneció serena y la ciudad se encontraba engalanada con colgaduras.[8] A la una de la tarde, la comitiva oficial partió de las Casas Capitulares presidida por el Corregidor, Antonio Vicente Lovariñas, e integrada por el cuerpo capitular, la nobleza y autoridades militares.[9]
La procesión se dirigió a la casa del Conde de Torres Cabrera para recoger el Pendón Real y, posteriormente, a la Catedral de Córdoba, entrando por la Puerta del Perdón.[10] Tras el canto del Te Deum y la bendición del estandarte en la Capilla Mayor, la comitiva se trasladó a la Plaza de los Alcázares (actual zona del Palacio Episcopal).[11]
El acto del juramento
Frente a la torre del Homenaje se construyó un tablado donde subió el Conde de Torres Cabrera acompañado de Reyes de armas.[12] Tras pedir silencio, tremoló el Pendón Real pronunciando la fórmula protocolaria:
- «Castilla: Castilla: Castilla por la muy poderosa, esclarecida y católica REINA Doña ISABEL II nuestra Señora, que Dios guarde muchos y felices años».[13]
El acto se repitió posteriormente en un segundo tablado instalado en la Plaza Mayor.[14]
Iluminaciones y ornatos
Entre el 3 de diciembre y el 6 de diciembre, Córdoba lució iluminaciones extraordinarias.[15] Destacaron las siguientes intervenciones:
- Ayuntamiento de Córdoba: La fachada de las Casas Capitulares se iluminó con 4.500 luces, formando figuras arquitectónicas, y se adornó con 16 arañas de cristal.[16] Se exhibieron retratos de Isabel II y la Reina Gobernadora bajo un dosel de terciopelo.[17]
- Casa del Conde de Torres Cabrera: Se levantó una arquitectura efímera de estilo gótico en el patio, adornada con estatuas de las cuatro virtudes (Justicia, Fortaleza, Templanza y Prudencia) e iluminada con más de 2.000 luces.[18]
- Comercio. En la confluencia de la calle Librería y Espartería se erigió un obelisco de 16 varas de altura.[19]
- Gremios: En la plaza del Salvador, los gremios de zapateros, pintores y herreros decoraron la fuente con un obelisco y pilastras transparentes.[20]
- Edificios religiosos: Se iluminaron profusamente la torre de la Catedral de Córdoba, el convento de San Pablo (Dominicos) y la Iglesia de San Hipólito.[21]
Beneficencia y caridad
Las fiestas incluyeron numerosos actos de caridad por parte de las instituciones y gremios de Córdoba:
- El Ayuntamiento ofreció una comida a los presos de la cárcel.[22]
- El Colegio de Plateros costeó una comida para los enfermos del Hospital de Jesús Nazareno.[23]
- Los profesionales de medicina y farmacia repartieron sábanas y abrigo en los hospitales de la Misericordia, San Jacinto y Jesús Nazareno.[24]
- Los empleados de Correos donaron 640 reales a los hospitales.[25]
- El gremio de sombrereros repartió pan a los pobres de todas las parroquias.[26]
- Los empleados de la Real Hacienda vistieron y dieron de comer a veinticuatro niños expósitos en el Palacio Episcopal.[27]
Referencias
- ↑ La Diputacion de festejos de su Excmo. Ayuntamiento, Manifiesto circunstanciado de las solemnes fiestas..., Córdoba, Imprenta Real, 1833, p. [cite_start]1[cite: 10, 11, 12, 13, 15, 17].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]5[cite: 45, 46].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]5[cite: 47].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]6[cite: 50].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]6[cite: 53].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]7[cite: 56].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]12[cite: 90].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]14[cite: 103].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]15[cite: 110, 112].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]17[cite: 122, 123].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]18-19[cite: 129, 130, 134].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]19[cite: 138].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]20[cite: 144].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]20[cite: 149].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]22[cite: 159].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]24[cite: 184].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]22[cite: 161].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]26-29[cite: 201, 206, 222].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]24[cite: 185].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]25[cite: 192, 193].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]25, 31, 36[cite: 191, 240, 313].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]38[cite: 328].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]38[cite: 329, 331].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]39[cite: 332].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]39[cite: 333].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]43[cite: 358].
- ↑ Ibid., p. [cite_start]41[cite: 347].
