Joselito Torres

José Torres Castro
Novillero, Profesor de tauromaquia, Mozo de espadas
Nacimiento:	c. 1946 Córdoba
Fallecimiento:	30 de abril 2023 Córdoba
Profesion:	Torero (Novillero), Mozo de espadas
Actividad:	Tauromaquia
Reconocimientos:	Aficionado Ejemplar (Tertulia Taurina La Montera)
Destacado:	Mozo de espadas de Rafael González "Chiquilín", Profesor de la Escuela Taurina de Córdoba

José Torres Castro, más conocido como "Joselito Torres" (c. 1946 - Córdoba, 30 de abril 2023) fue un novillero, profesor de la Escuela Taurina de Córdoba y mozo de espadas cordobés, vinculado estrechamente al diestro Rafael González "Chiquilín" durante toda su carrera profesional.

Biografía y trayectoria

Nacido en Córdoba, estudió en el Colegio Salesiano de Córdoba y posteriormente se matriculó en la Escuela de Comercio, aunque la abandonó pronto. Trabajó brevemente como conserje en un hotel, pero su pasión por el toreo, inculcada por su padre, le llevó a dejar sus empleos para dedicarse a torear en ganaderías y pueblos.

Su afición coincidió con el auge de Manuel Benítez "El Cordobés", figura que inspiró a muchos jóvenes aspirantes a torero como él. Debutó de luces en Cabra el 4 de septiembre de 1961, en una novillada mano a mano con Manuel Cano "El Pireo". Curiosamente, ambos novilleros y el sobresaliente, Alfonso Rodríguez, vistieron el mismo terno azul celeste y oro.

Se presentó en la Plaza de toros de los Tejares junto a Fernando Tortosa en la parte seria del espectáculo cómico-taurino El Bombero Torero. Toreó en numerosas plazas como Almodóvar del Río, Belmez, Pozoblanco, Fitero, Portugalete, plazas catalanas y de la Costa del Sol, además de Almadén, donde cortó tres orejas y un rabo. Llegó a torear más de cien novilladas sin caballos, siendo considerado el novillero cordobés que más ha toreado en esta categoría.

Su carrera como novillero se vio truncada el 25 de julio de 1965, cuando sufrió una gravísima cornada en la Plaza de toros de Cabra. Las secuelas le obligaron a retirarse de los ruedos. La falta de apoyos también influyó en su decisión.

Tras el percance, y con la creación de la Escuela Taurina de Córdoba, fue reclutado como profesor, labor que desempeñó durante veinticinco años. Allí conoció a un joven alumno, Rafael González "Chiquilín". Joselito Torres cambió su carnet de novillero por el de mozo de espadas y se puso al servicio de Chiquilín durante toda la carrera taurina de este, acompañándole en plazas de España, México, Colombia y Venezuela. Cuando Chiquilín se retiró, Joselito regresó a la Escuela Taurina de Córdoba como consejero y mozo de espadas para las clases prácticas y faenas camperas.

Fue conocido por su carácter simpático, ocurrente, servicial y leal a sus amigos. Falleció en Córdoba el 30 de abril 2023 a los 77 años. Se celebró un responso en el Tanatorio de Las Quemadas el 2 de mayo de 2023.

Homenajes

A lo largo de su vida recibió varios reconocimientos:

• El 30 de octubre de 1976, el Círculo Taurino de Córdoba organizó una novillada sin picadores en su beneficio, debido a las secuelas de la cornada de Cabra. A pesar de la lluvia torrencial (que obligó a aplazarla desde el día 24), se celebró el festejo con los novilleros Juan de Dios de la Rosa, Machaco y los hermanos mellizos Juan y José. Al finalizar el paseíllo, recibió un trofeo conmemorativo.
• La Tertulia Taurina La Montera le nombró "Aficionado Ejemplar" en una comida homenaje a la que asistieron cerca de cincuenta aficionados, incluyendo los matadores Manuel Rodríguez Requena, Fernando Tortosa, Rafael González "Chiquilín" y Cayetano de Julia, el novillero Juan Antonio García "El Califa" y el becerrista Cayetano Fernández. Chiquilín destacó su calidad humana y humor durante el acto.

Anécdota

José Torres recordaba numerosas anécdotas, siendo una especialmente singular la ocurrida durante su juventud, narrada por él mismo:

"En el año 1959, coincidiendo con la festividad de San Juan Bosco, los Salesianos organizaron una serie de actividades entre la que figuraba un festejo taurino en el colegio. Para tal fin se habilita en el campo de futbol una placita de toros. Se traen dos vacas, una pequeñita para los alumnos y otra con más envergadura para mí, como antiguo alumno y por ser un chaval que prometía en esto del toro. Contaba yo entonces con catorce años. Como desde siempre yo tenía problemas con la vista, para paliar este problema, usaba unas lentillas que me daban muy buen resultado. El caso es que me desenvolvía muy bien en el ruedo. Yo me puse un traje corto para la ocasión y aquello comenzó.

Me coloco ante el toril a “portagayola” hincado de rodillas, capote desplegado a los pies, esperando al animal para darle una larga cambiada. Se abre el portón de toriles que era una larga tronera hasta el camión que traía a los animales, instalado en un patio contiguo. Un rato allí y la vaca no salía. Pasaban los minutos y el público se impacientaba. Para que el asunto no fuera a mayores un cura jovencito con sotana negra salta y se mete en la tronera a ver qué pasa. De momento la vaca se le arranca desde el fondo y el cura sale de estampida. Yo veo venir una cosa negra envuelta en una polvareda, me creo que es la vaca y le di una larga cambiada al cura que no se la quitan ni aunque llegue a Papa. El cura salió por la derecha toreado y la vaca por la izquierda".