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Los Jardines del Triunfo y de la Mezquita

De Cordobapedia
Entorno de la puerta del Puente, Plano de Guichot, 1910

Los jardines del Triunfo y la Mezquita fue una propuesta de urbanización y embellecimiento de toda la zona aledaña a la puerta del Puente a propuesta del publicista andaluz, Alejandro Guichot, propuesto en mayo de 1916

El Proyecto original

El barrio de los monumentos[1]
Razón de ser necesitan las cosas para ser perdurables, como ocurre con nuestra imponderable Mezquita-Catedral, de la que ahora ha dicho Bergson, ante las huellas de las diversas procedencias de las columnas y demás elementos arquitectónicos, que es como un crisol en el que se han fundido diversas civilizaciones, determinando la formación de un elemento particular y único que corresponde exactamente al carácter exterior y al aspecto espiritual de Córdoba entera.
«Creación decisiva»–como la concepción del Quijote, como el descubrimiento de América, como la apertura del canal de Suez, como todas las obras magnas del hombre–a cada comentarista sugiere una opinión interesante, porque constituye un caudal inagotable de inspiración para cuantos a ella se acercan.
Como ahora Bergson, los hombres ilustres que antes la admiraron contribuyeron con sus claras opiniones al conocimiento de la creación imperecedera, de la obra asombrosa que nunca será suficientemente comentada porque, inmensa como el mar, nunca podrá ser completamente conocida en toda la espiritual belleza que comprenden sus muros centenarios.
¿Cuál fué el pensamiento que determinó la creación? ¿Cuál fué el propósito, tan asombrosamente realizado? Mejor dicho ¿qué se dice en la realidad, ya que del Quijote se dice que la obra es en verdad, muy superior al sencillo intento de fustigar los desequilibrios de los libros de caballería?
Puestos a interpretar, cada uno, desde el mayor al más pequeño, obtendrá de su examen algún fruto interesante.
Atrevámonos a aventurar una opinión más, la menos importante de todas, la más modesta también. Obedeció la creación al pensamiento de establecer un bosque de árboles y columnas en el que el alma, a favor de la reunión armónica de ambos elementos de belleza, se elevase al cielo en busca de la Divinidad.
Una misma muralla encierra y reúne el bosque de columnas, naranjos y palmeras. A cielo libre, se elevan los árboles, y el bosque que forman se proyecta luego en un sentido arquitectónico, bajo los artesonados, en cientos de columnas, en las que el arte repite las palmeras, poniendo capiteles en el lugar de los penachos de éstas. La grata penumbra del recinto techado es como una acentuación, como un refinamiento de lo que los naranjos y las palmeras proporcionan en el espacio descubierto. Juntos están, por tanto, completándose, el modelo y la copia suya, del natural, directamente tomada; los árboles y las columnas. En el primer espacio, la vista se pierde en el cielo; en el segundo, se detiene en los artesonados, y entonces son los ojos del alma los que prolongan la ideal visión en busca de la Divinidad. El día en que don Ricardo Velázquez Bosco, el sabio arquitecto restaurador de la Mezquita, realice su propósito de efectuar la reapertura de los arcos que dan al Patio de los Naranjos, pues los visitantes en la Puerta del Perdón verán en toda su belleza el ideal panorama, único en el mundo, del bosque de palmeras y naranjos prolongado por centenares de columnas que se van recogiendo bajo la sombra grata de los artesonados, formando con los naranjos y palmeras un armónico conjunto de imponderable belleza.
¿Es posible incorporar a esta harmonía algún elemento más, sin quebrantarla? Sí, y a esto vamos.
Ya está divulgado, y ha suscitado entusiasmos muy vivos, el proyecto del ilustre andalucista don Alejandro Guichot Sierra, quien indicó hace algún tiempo, y ya va fructificando la iniciativa, la conveniencia de conceder a la Mezquita una vista de conjunto. Para ello, bastaría quitar la manzana de casas comprendidas entre la Pescadería, el Caño Quebrado, la Ronda de Isasa y la Puerta del Puente. Situándose el espectador en el Puente de Julio César –y mejor desde la Calahorra–disfrutaría de un panorama de insuperable belleza, sin igual en el mundo por la varia reunión de monumentos y sin tener analogía más que con algunos aspectos de Damasco. Se estaba en la Calahorra; se tenía al pie el Puente de Julio César; al frente, la Mezquita, ante la cual se destacaría la Puerta de Hernán Ruiz; a la izquierda, el Palacio Episcopal, el Triunfo de San Rafael, el Seminario de San Pelagio, el Alcázar y las murallas, bordeando el río, en el que aún se conservan varios molinos árabes. Por la derecha, un aspecto hermoso de la ciudad, sobresaliendo del conjunto las siluetas de sus históricos templos, hasta la Fuensanta.
Proponía el señor Guichot que en el espacio que dejase libre la expresada manzana de casas se formase un jardín de palmeras y naranjos, para que, adornada por ellos se viese la Mezquita, como en los antiguos «condes» de Córdoba. Aún pudiera hacerse más, y es que este Jardín–que los idealizadores llaman ya el Jardín de los Jazmines pero que también pudiera ser denominado del Triunfo o como se considerase más conveniente–fuese incorporado a la Mezquita, haciéndolo juego con el Patio de los Naranjos. En tal forma, el espacio techado, la Mezquita propiamente dicha, quedaría entre el Patio de los Naranjos y el Jardín de los Jazmines o del Triunfo. La línea del muro de Almanzor–con serija únicamente en toda la parte nueva, que ahora se va a enumerar–sería prolongada por el Caño Quebrado hasta la Ronda de Isasa, seguiría en esta por delante de la Puerta del Puente y pasaría entre esta y el Triunfo para concluir en la Mezquita, en la esquina que corresponde al Palacio Episcopal. El mismo señor Guichot considera que así debe quedar precisado su proyecto.
Aunque esto es bastante conocido y puente con decididos partidarios, no faltará quien diga: Está bien la propuesta de los idealizadores, pero de proyecto no puede pasar, porque sería mucha obra.
El caso es que el proyecto está pasando a la realidad ¡que se está haciendo!
¿Cómo?, se preguntará con sorpresa.
Ha bastado que se atienda uno de los elementos del conjunto: la Puerta del Puente, cuya conservación y restauración fué iniciada por el alcalde señor Muñoz Pérez en su primera etapa, prosiguiéndose las obras actualmente. Por la izquierda de la Puerta, mirando a la Calahorra, ha sido aislado el monumento, quitándose un trozo de la Casa del Puente, que a ella estaba unida. Por la derecha, ha sido quitada la pequeña casa llamada de la Alhóndiga y en breve se comenzará a demoler la casuchilla que quedaba, según acuerdo adoptado por el Ayuntamiento en su última sesión. Se tiene el propósito, como ya hemos dicho en otra ocasión, de poner una verja protectora a cuatro metros de distancia de la Puerta del Puente, en la dirección del Triunfo. Para facilitar la circulación, se proyecta tomar ocho metros del altillo del Triunfo, rebajando este espacio hasta el nivel del paso para la comunicación y restableciendo el muro y la verja en el nuevo límite. Obsérvese que el altillo del Triunfo quedaría reducido a una estrecha faja de tierra, resultando el monumento en el borde correspondiente a la Puerta del Puente.
En la grata compañía de don Alejandro Guichot y el teniente de alcalde señor Lama Pérez, hemos estado en el terreno, examinando atentamente las obras. El señor Guichot ha ofrecido una solución verdaderamente ideal, muy hermosa y más económica seguramente que de realizarse el trabajo en la forma indicada. Véase cómo: el Triunfo de San Rafael adolece de falta de proporciones. Sálvese esto rebajando todo el terreno del altillo hasta el nivel general de aquel terreno. Ya tendría el Triunfo las proporciones necesarias. Se aislaría, se alargaría y, por tanto, resultaría más airoso, más esbelto. Toda la parte que tendría de aumento en la base, dándole una forma de parábola, pudiera ser cubierta con flores, constituyendo un jardincito, que tendría al pie una verja pequeñita, muy baja, como la que se usa para limitar los cuadros de los jardines. Quedaría muy bien el Triunfo y se ganaría mucho espacio para la circulación, siendo la obra muy económica. De ofrecer dificultades la cimentación de aquella parte del Muro del Seminario; fácilmente sería salvada, bien recalzando la obra o bien mediante una bella gradería. Más aún: como todo el espacio que habría de resultar no sería necesario para la circulación, en la parte del Seminario se podría establecer unos bellos jardines que siguieran hasta unirse a los de San Pelagio, continuando la línea de la Ronda de Isasa.
El paso quedaría establecido entre aquellos y la Puerta del Puente. Sabino es, de otra parte, que se tiene el propósito de establecer jardines en la Puerta del Puente, al ser esta aislada y protegida con una verja, y véase cómo en estos jardines se tiene el principio, la primera idea de lo que pueden ser los llamados de los Jalifas o del Triunfo. Más aún: en la Casa del Puente, de la propiedad del Ayuntamiento, ha entrado la piqueta para aislarla de la Puerta de Hernán Ruiz; es, por tanto, cuestión de continuar la demolición hasta el final y desaparecería uno de los edificios más extensos de la manzana comprendida entre la Pescadería, el Caño Quebrado, la Ronda de Isasa y la Puerta del Puente.
Véase, pues, cómo el proyecto de los idealizadores se está efectuando, está pasando a la realidad.
Todavía hay más. Según nuestras noticias, el alcalde señor Muñoz Pérez tiene el propósito de someter a la aprobación del Ayuntamiento un presupuesto extraordinario que permita continuar las obras de conservación y restauración de la Puerta y el Obrero, porque de paralizarse aquellas obras quedarían sin ocupación muchos canteros y albañiles, que no hallarían fácil acomodo a causa de la crisis que en el ramo de construcciones está sufriendo Córdoba. Por tanto, como ya han hecho algunos de ellos, tendrían que marchar de nuestra capital en busca de trabajo, precisamente cuando más conviene retenerlos para disponer de ellos al acometerse las vastas reformas que tiene en proyecto el alcalde señor Muñoz Pérez.
Con motivo de la presentación del expresado presupuesto extraordinario, se pueden precisar los términos del proyecto de que venimos hablando.
Ni hay que invertir fuertes sumas en el proyecto ni hay que realizarlo de golpe, de una vez. Basta con que sea precisado y conque prosigan las obras actuales porque estas, a la larga, determinarían la realización del proyecto en su totalidad.
Ellas constituyen la base fundamental de una aspiración que se expresa en pocas palabras: hacer una Córdoba cordobesa.
El barrio de la Catedral–admirable barrio de los monumentos de Córdoba, único en el mundo–constituye el elemento central de nuestra población, y el proyecto a que nos referimos, armonizando en un solo panorama tan diversos factores, sería el crisol de que hablara Bergson, porque en él quedarían reunidos, en una visión armónica y completa, las muestras admirables de las civilizaciones que en Córdoba han dejado una huella imperecedera.
Situado el espectador en la Calahorra, tendría a sus pies el Puente de Julio César y vería luego un conjunto ideal, formado por estos elementos encantadores: la verja del Jardín de los Jalifas o el Triunfo, la que pudiera tener en su base exterior un revestimiento de azulejos, estando completado por artística herrería cordobesa; las palmas de la tierra andaluza; los naranjos; las palmeras después y, al elevar del todo la vista, emergiendo de las palmeras, la maravilla de la Mezquita Catedral, que tendría a la derecha el Palacio Episcopal, el Seminario de San Pelagio, el Alcázar y las murallas árabes y a la izquierda el panorama de la población, destacándose las bellas siluetas de los históricos templos. La armonía que encierra la Mezquita se extendería por todo el panorama para enlazar a la población entera en un conjunto ideal, único en el mundo, sin más relación que la del recuerdo de algunos aspectos de la asombrosa Damasco. Esa es la verdadera Córdoba.


Fue presentada en el Ayuntamiento de Córdoba el 10 de septiembre de 1917[2]

Plano del entorno de la Mezquita Catedral y la puerta del Puente. Proyecto Jardines del Triunfo (1917)

La iniciativa partió del entonces teniente de alcalde, Manuel Lama Pérez,l objetivo principal era la construcción del jardín del Triunfo de San Rafael y el embellecimiento del entorno de la Mezquita-Catedral, buscando sanear la entrada a Córdoba y mejorar una de las zonas consideradas más valiosas de la ciudad.

Detalles de la propuesta

Proyecto de los Jardines del Triunfo y la Mezquita (1917)

Una parte crucial del plan era la demolición del "ruinoso trozo de la carretera denominado ronda de Isasa", descrito como un inmueble abandonado, con partes estéticas deterioradas y terreno desmoronado formando socavones, abierto al tránsito y convertido en un "vaciadero de inmundicias".[3]

La demolición de las fincas que amenazaban ruina se consideraba urgente para evitar que continuase su degradación y el peligro que suponía. Se argumentaba que, con arreglo a la alineación, se obligaría a los propietarios a proceder en sus parcelas, o el Ayuntamiento de Córdoba a construir cercas, rebajando el nivel de la carretera que, al ser de tierra, se convertía en un barrizal.

Jardín del Triunfo

El proyecto de Adolfo Castiñeyra y Boloix para el jardín del Triunfo de San Rafael contemplaba la creación de paseos con columnas, fuentes y bancos artísticos. Se proponía el traslado de la fuente situada delante del Triunfo de San Rafael hacia el centro, en el ángulo de unión con la Mezquita-Catedral.[4]

Jardín de la Mezquita y entorno

El jardín de la Mezquita-Catedral propuesto por Manuel Lama Pérez se integraría con el Patio de los Naranjos.[5]

Moción presentada al Ayuntamiento

Así el 10 de septiembre de 1917 se presenta una moción al Ayuntamiento de la ciudad: por parte de teniente alcalde Manuel Lama, moción aceptada y que fuera sometida a informe de la comisión correspondiente.

Al Excmo. Ayuntamiento de esta ciudad. — Excmo. Señor:

Proyecto presentado

Reconociendo, desde hace largos años, las fincas ribereñas que se demolieron parcialmente al construirse el trozo de carretera denominado ronda de Isasa en un estado de lamentable abandono en su parte estética, y el terreno desmontado formando solares, abierto a todo tránsito, convertido en escenario de inmundicias que, válidos de la escasa vigilancia que allí se ejerce, suelen arrojar algunas vecinas y transeúntes tan sobrados de despreocupación como faltos de toda noción de higiene; y si a esto se une que la mayor parte de dichas fincas amenazan hoy derrumbarse, constituyendo un peligro para sus moradores, es por lo que el concejal que suscribe, inspirándose en lo que determina la higiene y la seguridad públicas, ruega á V. S. —livo su mejor parecer— acuerde y adopte las siguientes disposiciones:

1.ª Que se proceda en breve á la demolición de los trozos de dichas fincas que amenacen ruina, o á demolerlas totalmente, para evitar que continúen habitadas.

2.ª Que se den por terminadas las expropiaciones que estén pendientes, consignándose en los próximos presupuestos cantidades suficientes á completar su amortización, economizándose al Municipio, de una vez para siempre, las 1.237,50 pesetas que por conceptos de indemnización y ventas de estas fincas se vienen consignando hace varios años en los presupuestos; y

3.ª Que, con arreglo á la alineación, se obligue á aquellos propietarios —y proceda en sus parcelas el Municipio— á construir cercas de cerramiento en estos solares, formando muros o tapias por la línea de carretera que, rebasando el plano de desmontes, rematen por verjas de hierro, o sencillamente por fuertes empalizadas, dispuestas con cierto arte, para que se conviertan el terreno en huertos y jardines que, al par que impidan el paso á esos terrenos, los den agradable aspecto.

Como complemento de ello, y siendo las líneas de perspectiva hacia el Puente, se debe proceder á otra mejora, requiriendo estas por las obras de reconstrucción y conservación que se vienen llevando á cabo en la monumental puerta llamada del Triunfo, camino que ocupa el lugar donde estuvo el edificio de la antigua Alhóndiga y que ha dejado el terreno de la bella placita del aljibe en parte desmontado, por abrir este camino, deformando su perímetro, que antes era cuadrilátero, y descendiendo el emplazamiento del monumento del Triunfo.

Si se pretende, en lo sucesivo, cerrar con pasacalles la paramentación del aljibe por el lado del nuevo camino, éste quedará muy reducido en su latitud y con la rampa muy pronunciada y la reconducción del muro, por ser de sillería, originará considerable gasto.

Además, conservando la terraza del Triunfo en su altura, restará esbeltez y proporcionalidad á la puerta del Puente, por quedar ésta, por hundimiento profundo descubierto, como hundido el suelo.

Por ello, se hace necesario que se proceda á demoler una gradería que asciende al sitio de la perspectiva hacia el Puente, y que se cierren las aberturas con el material de las verjas de la cantera, lo que puede aprovecharse del material de dichas verjas que cierren frente á la calle de Torrijos, por el lado innecesario.

Las tierras procedentes del mencionado desmonte pueden ser empleadas en rellenar los deltas pantanosos que existen en la margen del río, a pocos pasos de este lugar. En el recinto comprendido en el desmonte, debe instalarse un jardín decorado, con fuentes y bancos alicatados, balaustradas en las gradas, y pedestal y fustes de columnas sosteniendo estatuas, capiteles y jarrones. Convertido en artístico jardín este rincón y dándole al camino de entrada más amplitud, una vez terminada la puerta del Puente, rodeado de árboles, tendría un aspecto sumamente recreativo y vistoso a la población, tan a la vista de los viajeros que entran por la carretera de Sevilla en automóvil, y de los numerosos forasteros que visitan estos lindos parajes de la Mezquita. Es decir, que su hermoseamiento resultaría agradable para propios y extraños.

Para terminar. Estas mejoras formarían el núcleo o el comienzo de aquellas otras que, en un porvenir no lejano —en ese porvenir que tan ansiadamente se vislumbraba de prosperidad y grandeza para esta añeja Córdoba— se implantarían seguramente en esta zona de la población, construyéndose jardines en el perímetro que ocupan hoy vetustas casas, entre la fachada Sur de la Catedral y la ronda, y que en grandes descensos y según existieron en ese lugar, a juzgar por los antiguos sellos de Córdoba, hermosearían el conjunto de sus entradas de la población; cuya fisonomía entonces artística, monumental y frondosa, abarcaría en su perspectiva: los jardines y edificios del Seminario, el esbelto Triunfo de San Rafael emergiendo entre flores, el camino de entrada, la monumental puerta del Puente y los frondosos jardines de la Mezquita limítrofes por la Casa del Pueblo, á la que seguirían pequeños jardines, bordeados en sus cercas por plantas trepadoras y flores, invirtiendo de fondo á este hermoso panorama los muros atrayentes de la incomparable Mezquita.

Aparte de esto, que se considerará como idealismo, las mejoras propuestas, por constituir la higienización de lugares convertidos hoy en focos de infección en grado superlativo, y por estar ligado en ello el ornato de las mismas zonas, serán muy necesarias, sin deber continuar indefinidamente en el actual estado; es por lo que ruega a V. E. que se sirva que la presente moción sea considerada como factible en sus dos primordiales conceptos y se proceda en breve á su realización, por no exigir ni largos trámites ni cuantiosos dispendios, en que estas indicaciones sean dadas á entender como requisitos al celo reconocido de V. E., que, no necesitando excitación en ningún asunto, menos quede necesitarlo en este en que se interesan la higiene y el ornato público.

Casas Consistoriales de Córdoba a 10 de Septiembre de 1917 - Manuel Lama

Puerta del Puente finalmente reformada (1927)



Referencias

  1. Diario de Córdoba, El barrio de los monumentos, Diario de Córdoba, 18 de mayo de 1916. Consultado el 19 de mayo de 2024.
  2. Redacción, Los jardines del Triunfo y la Mezquita, CORDOBA REVISTA SEMANAL INDEPENDIENTE, 15 de septiembre de 1917, consultado el 24 de septiembre de 2023.
  3. Redacción, Los jardines del Triunfo y la Mezquita, CORDOBA REVISTA SEMANAL INDEPENDIENTE, 15 de septiembre de 1917, consultado el 24 de septiembre de 2023.
  4. Redacción, Los jardines del Triunfo y la Mezquita, CORDOBA REVISTA SEMANAL INDEPENDIENTE, 15 de septiembre de 1917, consultado el 24 de septiembre de 2023.
  5. Redacción, Los jardines del Triunfo y la Mezquita, CORDOBA REVISTA SEMANAL INDEPENDIENTE, 15 de septiembre de 1917, consultado el 24 de septiembre de 2023.