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Los mercados en Córdoba (1890s)

De Cordobapedia

A finales del siglo XIX, la ciudad de Córdoba se encontraba inmersa en un intenso debate sobre la salubridad, el urbanismo y la modernización de sus infraestructuras. Uno de los puntos neurálgicos de esta discusión fue la situación de los mercados de abastos, especialmente el ubicado en la Plaza de la Corredera (entonces Plaza Mayor o Mercado Central). El año 1891 marca un punto de inflexión con la culminación de las obras del Mercado Sánchez Peña, una iniciativa privada que intentó dar respuesta a las carencias higiénicas que denunciaba la prensa y la sociedad de la época.

Contexto: La "moda sanitaria"

Durante la década de 1890, lo que la prensa denominaba "la febril moda sanitaria" o el higienismo, impulsó a las autoridades y a la iniciativa privada a reformar los espacios públicos. Los mercados de Córdoba presentaban entonces una situación precaria:

  • Falta de higiene: La acumulación de inmundicias y la falta de limpieza eran objeto de censura general.
  • Ausencia de infraestructuras: Los vendedores carecían de abrigo contra las inclemencias del tiempo y, lo más grave, no existía un sistema adecuado de agua corriente ni desagües.
  • Saturación: La "pequeñez" e incapacidad del mercado central en la Plaza Mayor obligaba a realizar operaciones mercantiles en condiciones de hacinamiento.

El Mercado Sánchez Peña (1891)

Como respuesta a esta situación, el industrial José Sánchez Muñoz promovió la construcción de un moderno mercado de abastos. Aunque las reformas de los puestos comenzaron en 1886, fue en marzo de 1891 cuando la obra alcanzó su envergadura definitiva. El proyecto ocupó una manzana de casas propiedad de Sánchez Muñoz, comprendida entre la Plaza de la Corredera, la calle Odreros y la Plazuela de las Cañas.

Las características de este nuevo mercado contrastaban con la situación anterior:

  • Instalaciones: Contaba con mostradores de mármol blanco y revestimientos de mampostería.
  • Salubridad: Se instaló agua corriente con grifos y desagües en los puestos, garantizando la limpieza necesaria para la venta de carne y pescado.
  • Diseño: Se buscó asegurar la ventilación y la luz, permitiendo el examen de la mercancía por parte del consumidor.

La prensa de 1891 calificó la obra como una "mejora notabilísima" que dotaba a Córdoba de un servicio a la altura de otras ciudades modernas, siguiendo la estela benefactora de la familia Sánchez Peña.

El debate público

A pesar de las mejoras introducidas por la iniciativa privada en 1891, la gestión de los espacios públicos siguió siendo un tema candente durante toda la década. Artículos de opinión de la época (como los publicados en agosto de 1897) seguían insistiendo en la necesidad de una intervención municipal más contundente. Se reclamaba al Ayuntamiento de Córdoba:

  • Establecer fuentes públicas de aguas corrientes dentro de los mercados.
  • Garantizar un "local libre" donde los expendedores pudieran vender con "igualdad, justicia y propiedad".
  • Resolver el problema de la ubicación, recordando los problemas surgidos tras el traslado temporal al mercado del Campo de la Verdad en 1868. La remodelación de los mercados se convirtió así en uno de los puntos más importantes de la vida pública local, donde convergían los intereses de la industria, el "buen gusto", la moralidad pública y la imperiosa necesidad de higiene para evitar focos de infección.

Referencias


  • Diario de Córdoba de comercio, industria, administración, noticias y avisos, Año XLII Número 11624 - 6 de marzo de 1891.
  • Artículo editorial "Mercados", prensa local de Córdoba, agosto de 1897.