La persecución religiosa en Córdoba (1931-1939)

La Persecución religiosa en la provincia de Córdoba durante el periodo comprendido entre 1931 y 1939 abarca una serie de episodios de violencia anticlerical, destrucción de patrimonio artístico sacro y represión física contra eclesiásticos y seglares católicos. Estos sucesos se desarrollaron en dos fases principales: los disturbios y la legislación laicista durante la Segunda República (especialmente en mayo de 1931) y la persecución cruenta desatada tras el estallido de la Guerra Civil Española en 1936.

Contexto y primeros sucesos (1931)

Tras la proclamación de la Segunda República en abril de 1931, se generó un clima de tensión social que derivó en actos de violencia contra la Iglesia. Aunque los episodios más graves a nivel nacional ocurrieron en Madrid o Málaga, Córdoba no quedó exenta de la llamada "quema de conventos".

La quema de conventos en mayo de 1931

Los sucesos en Córdoba comenzaron la noche del 10 de mayo al 11 de mayo de 1931, coincidiendo con disturbios en Madrid. Según el cronista José María Rey Díaz, los incidentes se iniciaron tras un discurso en la Casa del Pueblo y se dirigieron inicialmente contra propiedades de asistentes a un banquete político, derivando posteriormente en ataques religiosos.

Esa noche se produjeron diversos daños materiales:

• Apedreamiento del Palacio Episcopal y el Seminario.
• Destrozo de la capilla de la Virgen de los Donceles en la Mezquita-Catedral.
• Destrucción de un altar en la Calle Candelaria.
• Daños en la imagen del Cristo de la Plaza de los Dolores y en la portada de la Plaza de Capuchinos.
• Mutilación de la cruz de hierro de la Calle Espartería.

El episodio más grave tuvo lugar la tarde del 12 de mayo. Grupos de manifestantes se dirigieron al Convento de San Cayetano (Carmelitas Descalzos). A pesar de la presencia de la Guardia Civil, la huerta fue invadida y se produjeron enfrentamientos armados. Posteriormente, la multitud asaltó la armería El Nuevo Sport en la Calle Claudio Marcelo (entonces calle Nueva) y atacó el Gobierno Civil.

Como consecuencia de estos enfrentamientos fallecieron cuatro personas, inscritas en el Registro Civil de Córdoba:

• Domingo Poyato Roldán (19 años, de Carcabuey).
• Manuel Márquez Polo (18 años, de Montilla).
• Bartolomé Verdejo de Haro (28 años, de Espiel).
• Carlos Díaz Andrade (Aznalcázar).
• También resultó fallecido Leovigildo Mendoza Velasco por herida de arma blanca.

El gobernador civil, Vicente Marco Miranda, dimitió tras los sucesos y se declaró el estado de guerra bajo el mando del general Félix O'Shea Arrieta.

Entre 1931 y 1936, la presión sobre las manifestaciones religiosas aumentó debido a la legislación laicista y a la acción de autoridades locales.

Legislación y restricciones

Se produjeron retiradas de crucifijos en las escuelas y secularización de cementerios. En Castro del Río, el ayuntamiento retiró imágenes religiosas de la vía pública en 1932. En Cabra, se propuso la eliminación de pilas de agua bendita y la desinfección de urnas de imágenes, mientras que en Aguilar de la Frontera se derribaron muros de separación en el cementerio.

Las procesiones sufrieron restricciones significativas. El Corpus Christi y la Semana Santa se vieron afectadas, suspendiéndose desfiles en localidades como Montilla o Cabra. En la capital, muchas hermandades ocultaron sus imágenes en domicilios particulares, como hizo la Hermandad de las Angustias. Una excepción notable fue la procesión de la Virgen del Tránsito en 1935, que pudo salir por las calles del Barrio de San Basilio.

Incendios y asaltos previos a la guerra

Antes del estallido bélico, se registraron ataques al patrimonio:

• En septiembre de 1931, la iglesia parroquial de Doña Mencía fue incendiada, perdiéndose un retablo del siglo XV.
• En 1936 (antes de julio), se produjeron asaltos en Aguilar de la Frontera (convento de carmelitas), Palma del Río, Espejo (derribo de una cruz monumental) y Fuente Obejuna.

La Guerra Civil (1936-1939)

Con el inicio de la guerra en julio de 1936, la violencia anticlerical en la zona republicana de la provincia se intensificó, dando lugar a una destrucción masiva de arte sacro y a la ejecución de religiosos y laicos.

Destrucción del patrimonio (Iconoclasia)

Numerosos templos fueron asaltados e incendiados. Se documenta la quema de imágenes en la vía pública y el saqueo de iglesias en localidades como Baena, Montoro, Puente Genil, Montemayor, Castro del Río, Cañete de las Torres, Bujalance, El Carpio e Hinojosa del Duque.

• Baena: Fueron asaltadas las iglesias de Santa María la Mayor, Santa Marina, Espíritu Santo y Madre de Dios.
• Montoro: Imágenes como la de Jesús Nazareno fueron destruidas o arrojadas al río Guadalquivir.
• Puente Genil: Asalto a la ermita de la Vera Cruz y destrucción de la imagen de Jesús Preso.

Algunas imágenes lograron salvarse gracias a la intervención de vecinos que las ocultaron en domicilios particulares o mediante tabiques falsos, como ocurrió con el Nazareno de Pozoblanco o la Virgen de la Concepción en Puente Genil.

Persecución física y mártires

La persecución se cobró la vida de numerosos sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos. El 16 de octubre de 2021 fueron beatificados en la Mezquita-Catedral 127 mártires de la diócesis de Córdoba asesinados entre 1936 y 1939.

Entre los casos documentados destacan:

• Juan Elías Medina: Sacerdote detenido el 21 de julio de 1936 y fusilado en Castro del Río el 25 de septiembre tras confesar su condición sacerdotal.
• María del Consuelo González Rodríguez: Religiosa de 86 años, martirizada en Baena. Fue utilizada como escudo humano en las ventanas del Convento de San Francisco y falleció por heridas de bala.
• Francisco García León: Joven de 15 años de Montoro, presidente de la Juventud Católica local. Fue asesinado en la cárcel tras negarse a desprenderse de un escapulario de la Virgen del Carmen.
• Antonio Gaitán Perabad: Joven de casi 16 años de El Carpio, fusilado junto a su padre al negarse a abandonarlo.
• Blanca de Lucía Ortiz: Farmacéutica de 72 años de Palma del Río y presidenta de Acción Católica. Fue arrojada al río Guadalquivir.
• Antonio Moreno Sevilla: Notario de Bujalance, conocido como "el notario católico". Asesinado a hachazos en el cementerio de Cañete de las Torres.