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José Cintabelde Pujazón
Nacimiento: c. 1863
Almería
Fallecimiento: 7 de junio de 1891
Córdoba
Profesion: Jornalero, antiguo miembro del Cuerpo de Seguridad
Actividad: Conocido por el "crimen del Jardinito"
Destacado: Autor de un quíntuple asesinato en Córdoba y su ejecución pública.

José Cintabelde Pujazón (n. Almería, c. 1863[1] – f. Córdoba, 7 de junio de 1891[2]) fue un jornalero español, anteriormente miembro del Cuerpo de Seguridad, que se hizo tristemente célebre en Córdoba a finales del siglo XIX por cometer uno de los crímenes múltiples más notorios de la historia de la ciudad.

El crimen del Jardinito

El 27 de mayo de 1890, cuando contaba con unos 27 años, José Cintabelde Pujazón asesinó a dos hombres, una mujer y dos niñas de 6 y 2 años en las cercanías del Puentecillo, en la zona conocida como el Jardinito.[3] Según se difundió, el motivo del múltiple crimen fue ser sorprendido mientras robaba para conseguir dinero con el fin de asistir a una corrida de toros que se celebraba ese mismo día en la Plaza de Toros de los Tejares.

Detención y condena

Cintabelde fue arrestado el mismo día del crimen, a la salida de la plaza de toros. Tras ser juzgado, fue condenado a muerte.

Durante su estancia en capilla, en la cárcel pública, dictó testamento ante el notario Enrique Morón y Cortés el 5 de junio de 1891, a las once de la noche. En él, se declaraba "devoto ferviente del Sacratísimo Corazón de Jesús, cuya fiesta se celebra en este mismo día; de la Virgen Santísima en el inefable misterio de su Purísima é Inmaculada Concepción y en su doble advocación de los Dolores y de la Virgen del Mar, patrona de Almería; del glorioso Patriarca Señor San José, y de la Seráfica Doctora del Carmelo Santa Teresa de Jesús". Manifestaba estar "profundamente arrepentido de todas sus culpas" y nombraba albacea al Reverendo Padre Juan Bautista Moga y Mora, de la Compañía de Jesús. Legó la mitad de sus bienes (procedentes de una colecta pública y 110 pesetas y 75 céntimos que ya había entregado a su esposa) a su hija Magdalena Cintabelde Molinero, fruto de su matrimonio con Teresa Molinero Galloso, disponiendo que se consignara a su nombre en la Caja de Ahorros del Monte de Piedad de Córdoba. Una cuarta parte de sus bienes la dejaba a su esposa y la cuarta restante se aplicaría, a juicio del albacea, parte en limosnas a pobres ancianos e impedidos y parte se remitiría a su padre Juan Diego Cintabelde para misas en Almería.[4] Su madre era María del Mar Pujazón, ya difunta en 1891.[5]

Últimas horas y ejecución

En las horas previas a su ejecución, en la noche del 5 de junio al 6 de junio de 1891, Cintabelde pidió que le sostuvieran los grillos y rezó el Santo Rosario. Tras dictar testamento, se acostó, pero pronto la excitación nerviosa le hizo mostrarse intranquilo y sollozar. A las tres y cuarto de la madrugada del 7 de junio, se incorporó más tranquilo y habló con sus acompañantes, entre ellos el Padre Moga, haciendo protestas de fe y comparando su sufrimiento, menor según él, con la Pasión de Jesucristo.[6]

A las cuatro de la madrugada se vistió para oír misa y comulgar. A las cinco, el Padre Juan Bautista Moga y Mora ofició la misa en la capilla, que se llenó de personas. Cintabelde permaneció en su sillón con el rosario en la mano y la vista fija en una imagen de Jesús Crucificado. Recibió la Eucaristía y escuchó un discurso del Padre Moga. Posteriormente, el confesor se arrodilló y besó los grillos y pies de Cintabelde, quien, conmovido, lo incorporó y abrazó. También celebró misa el señor Manuel de Torres y Torres, Hermano mayor de Paz y Caridad. Una hora antes de ser conducido al cadalso, se le sirvió un almuerzo compuesto de jamón, salchichón, vino, postres y café, durante el cual conversó con sus acompañantes.[7]

A las siete y media de la mañana, preguntó si se le daría sepultura en caja y si le harían funeral, a lo que se le contestó afirmativamente, invitando al teniente encargado de la fuerza a su entierro, que sería el lunes en San Francisco. Mostró reparos a vestir la hopa, pero finalmente cedió. A las 7:45, penetró en la capilla José Caballero, el ejecutor de la justicia. Ambos se unieron en un abrazo, y Cintabelde le concedió el perdón, entregándole una estampa y una medalla.[8]

A las ocho y cinco minutos del 7 de junio de 1891, la comitiva se puso en marcha hacia el patíbulo. Cintabelde iba en un carro, besando un crucifijo, acompañado por el Padre Moga, el Hermano mayor y el Teniente de la Hermandad de Paz y Caridad. La guardia municipal y agentes de vigilancia contenían a la multitud que se congregaba en las inmediaciones de la Puerta de Sevilla. Alrededor del tablado, formaban el cuadro las fuerzas del batallón Cazadores de Cataluña. Cintabelde subió las gradas del cadalso sin apoyo, pálido, acompañado de su confesor, otros sacerdotes y varios hermanos de la Hermandad de Paz y Caridad. Quiso hablar al público, pero los murmullos no se lo permitieron. A las ocho y cuarenta y cinco minutos se le aplicó el garrote vil, cortándose su existencia.[9]

Funeral

El 8 de junio de 1891, a las ocho de la mañana, se celebró un solemne funeral por el descanso del alma de José Cintabelde Pujazón en la Iglesia parroquial de San Francisco y San Eulogio. El acto fue organizado por la Hermandad de Paz y Caridad, cumpliendo con sus estatutos. El duelo se hallaba presidido por el confesor del reo, R. P. Juan Bautista Moga y Mora; el Alcalde de la capital, señor Tejón y Marín; el médico de la cárcel, señor Pablo García; los presbíteros don José Julián Barrigón y don Juan Antonio Gómez Navarro; y el director de la cárcel, señor don Miguel Navarrete. Ofició la ceremonia el doctor don Manuel de Torres y Torres, Hermano mayor de la Hermandad de Paz y Caridad. Los derechos del funeral fueron dispensados en favor del fondo de la colecta hecha para la familia del difunto. Entre la concurrencia se encontraba Teresa Molinero Galloso, la viuda de Cintabelde, quien no cesó de llorar durante el acto.[10]

Referencias

  1. Anónimo, Cintabelde en Capilla, Periódico de la época (posiblemente Diario de Córdoba), c. 8 o 9 de junio de 1891. Consultado el 16 de octubre de 2023.
  2. Anónimo, Cintabelde en Capilla, Periódico de la época (posiblemente Diario de Córdoba), c. 8 o 9 de junio de 1891. Consultado el 16 de octubre de 2023.
  3. Anónimo, Cintabelde en Capilla, Periódico de la época (posiblemente Diario de Córdoba), c. 8 o 9 de junio de 1891. Consultado el 16 de octubre de 2023.
  4. Anónimo, Cintabelde en Capilla, Periódico de la época (posiblemente Diario de Córdoba), c. 8 o 9 de junio de 1891. Consultado el 16 de octubre de 2023.
  5. Anónimo, Cintabelde en Capilla, Periódico de la época (posiblemente Diario de Córdoba), c. 8 o 9 de junio de 1891. Consultado el 16 de octubre de 2023.
  6. Anónimo, Cintabelde en Capilla, Periódico de la época (posiblemente Diario de Córdoba), c. 8 o 9 de junio de 1891. Consultado el 16 de octubre de 2023.
  7. Anónimo, Cintabelde en Capilla, Periódico de la época (posiblemente Diario de Córdoba), c. 8 o 9 de junio de 1891. Consultado el 16 de octubre de 2023.
  8. Anónimo, Cintabelde en Capilla, Periódico de la época (posiblemente Diario de Córdoba), c. 8 o 9 de junio de 1891. Consultado el 16 de octubre de 2023.
  9. Anónimo, Cintabelde en Capilla, Periódico de la época (posiblemente Diario de Córdoba), c. 8 o 9 de junio de 1891. Consultado el 16 de octubre de 2023.
  10. Anónimo, Gacetillas - Funeral, Periódico de la época (posiblemente Diario de Córdoba), c. 9 de junio de 1891. Consultado el 16 de octubre de 2023.