Coro de la Mezquita Catedral

El coro de la Mezquita Catedral de Córdoba es una de las obras cumbre de la escultura barroca en Andalucía, considerada el testamento artístico de su autor, el escultor sevillano Pedro Duque Cornejo. Goza de la fama justificada de ser uno de los más hermosos y mejor ejecutados de España, siendo la última de las grandes sillerías realizadas en las catedrales españolas.

Historia

La construcción de la sillería actual se inició gracias al legado testamentario del arcediano de Córdoba, José de Recalde. En 1742, tras su fallecimiento, sus albaceas comunicaron al Cabildo la donación de 120.000 reales de vellón destinados específicamente a la "ayuda a la sillería del coro y un facistol". El legado estipulaba un plazo de cuatro años para su inversión en dicho fin.

El Cabildo aceptó la donación, considerándola el "primer paso definitivo" para acometer la obra, decidiendo que se realizara enteramente en lujosa caoba americana. No obstante, las dificultades para reunir el material y seleccionar al maestro adecuado dilataron el inicio varios años. En 1745 presentaron diseños los artistas locales Tomás Jerónimo de Pedrajas y Alonso Gómez de Sandoval. También se consideró a un maestro de Salamanca, identificado como Manuel de Larra Churriguera, y en 1746 ofreció sus servicios el escultor Francesco Galleano, afincado en Cádiz.

Finalmente, los diputados de la sillería invitaron al concurso a Pedro Duque Cornejo. En abril de 1747, el maestro sevillano, ya con cerca de setenta años, viajó a Córdoba con su hijo José para defender su propuesta. Tras quedar finalistas los proyectos de Cornejo y Pedrajas, y después de que ambos realizaran una silla modelo en pino, el obispo Miguel Vicente Cebrián y Agustín se decantó por Cornejo.

El contrato se firmó el 31 de octubre de 1747. Cornejo se obligó a residir en Córdoba durante la obra, dirigir los trabajos y no aceptar otros encargos sin permiso. Percibiría un salario anual de 300 ducados, más pagos por pieza escultórica (48 pesos por medallón grande de la sillería alta, 8 por los pequeños y 5 por los de la baja). El Cabildo suministraría la madera y el taller, ubicado en el Patio de los Naranjos. El maestro debía presentar modelos de los relieves para aprobación de los diputados.

La obra comenzó oficialmente en febrero de 1748. Tras una primera fase centrada en la talla y ensamblaje, desde el verano de 1754 se simultanearon trabajos de cantería, albañilería y metalistería (tribunas, solado de mármol de Génova, banco de piedra y reja). El culto se trasladó temporalmente a la nave de Villaviciosa. Las sillas comenzaron a instalarse en el verano de 1755, pero el terremoto de Lisboa de ese año detuvo los trabajos más de tres meses.

La sillería fue inaugurada solemnemente el 17 de septiembre de 1757. Pedro Duque Cornejo había fallecido dos semanas antes, pero el Cabildo honró su memoria otorgándole sepultura dentro de la catedral y costeando una lápida con su escudo donde se le reconocía como "célebre profesor de la arquitectura, pintura y escultura". Sus restos fueron trasladados al suelo del coro en 1951. La obra, que requirió más de nueve años y casi un millón de reales, es una de las mayores empresas escultóricas de la España del siglo XVIII.

Descripción

La sillería, tallada íntegramente en caoba, se organiza en dos niveles, con 60 sitiales altos y 46 bajos. Su diseño innovador prescinde del santoral típico en los respaldos altos, optando por relieves narrativos.

Los sitiales del nivel superior presentan dos medallones: el superior con escenas del Nuevo Testamento y el inferior con escenas del Antiguo Testamento. Los relieves grandes, de cuidada factura, muestran la maestría de Cornejo en la composición de escenas complejas y el tratamiento de texturas. Los medallones pequeños del Antiguo Testamento se inspiran mayoritariamente en las xilografías de la Biblia Sacra Vulgatae (Venecia, 1606 y ediciones posteriores).

Los respaldos de los sitiales inferiores lucen relieves de santos mártires cordobeses de cuerpo completo, con escenas de su martirio en los fondos paisajísticos.

La riqueza escultórica se extiende por toda la sillería, con hermas ("bichas") como reposabrazos, figuras infantiles, mascarones, serafines y escenas mitológicas o profanas en las misericordias y respaldos bajos. Las columnillas divisorias muestran una menuda ornamentación inspirada en grutescos renacentistas y el tratado de Wendel Dietterlin.

Silla Episcopal

El centro del coro lo ocupa la silla episcopal, concebida como un retablo elevado sobre gradas con barandas de bronce. Se estructura en dos cuerpos y tres calles. La parte baja contiene las tres sillas episcopales con dobles medallones: los pequeños con escenas de San Pedro y San Pablo; los grandes representan la Aparición de la Virgen del Pilar a Santiago (en el centro, homenaje al obispo Miguel Vicente Cebrián y Agustín, de origen zaragozano), San Miguel venciendo a los ángeles rebeldes y San Vicente Ferrer predicando (laterales, alusivos a los nombres del obispo). Las calles laterales muestran imágenes de Santa María Magdalena y Santa Teresa. El cuerpo superior está presidido por un gran relieve de la Ascensión de Cristo, flanqueado por alegorías de la Prudencia y la Templanza. El conjunto se remata con una imagen de San Rafael, Custodio de Córdoba.

Otros Elementos

• Decoración mural y órganos: Los pilares de la nave central se decoran con Apóstoles bajo doseletes góticos, frisos con tondos y grutescos. Cerca del arco toral se sitúan los órganos. El del Evangelio data del siglo XVII y fue reformado por Patricio Furriel a principios del siglo XIX. El de la Epístola fue realizado en 1694, durante el pontificado del Cardenal Salazar, y su caja fue rehecha por Furriel en 1824. Este último luce un tondo con Santa Cecilia, obra decimonónica de Diego Monroy y Aguilar.
• Puertas y ángulos: Sobre las puertas del trascoro hay tondos con Santa Inés y Santa Victoria (no Catalina), y figuras recostadas de la Fortaleza y la Justicia. En los ángulos del coro se encuentran las tallas de los cuatro Evangelistas, obra de Pedro Duque Cornejo de 1754.
• Relojes: Hay dos relojes ingleses con caja de caoba; el de la izquierda fechado en 1737 y el de la derecha en 1758.
• Facistol: El atril central, con forma de águila, es una obra flamenca de hacia 1500, relacionada con la escuela de Malinas.
• Suelo: Alberga la lápida de mármol negro de Pedro Duque Cornejo (trasladada en 1951) y la del obispo Leopoldo de Austria, tío del emperador Carlos V.
• Reja: Una reja de bronce dorado, realizada en 1759 por el maestro lucentino Antonio García, separa el coro del presbiterio y crucero.

Incidente de 1954

En 1954, durante la consagración episcopal de Don Félix Romero Mengíbar, el coro se abrió al público. La excesiva afluencia de personas puso en grave peligro la estructura. Al reparar los desperfectos, los carpinteros comprobaron la extraordinaria calidad del ensamblaje de Pedro Duque Cornejo, realizado sin utilizar clavos.