La Virgen de Linares en la Guerra de la Independencia

Contexto histórico y devocional

La imagen de la Virgen de Linares ha sido trasladada a Córdoba en contadas ocasiones, generalmente en momentos de grave peligro, epidemias o calamidades. Una de estas venidas, de gran significación histórica, tuvo lugar en 1808, durante la invasión francesa, y posteriormente en 1812.

Sucesos de 1808

Preparativos y llegada de la Virgen

Ante la inminente llegada de las tropas francesas comandadas por el General Dupont, Pedro Agustín de Echavarri, nombrado Comandante general de la vanguardia del ejército de observación de Sierra Morena, emitió una proclama el 28 de mayo de 1808 instando a los pueblos de la provincia de Córdoba a prepararse para la defensa. Echavarri, descrito como un oficial de mérito y fervoroso devoto de la Virgen de Linares, organizó la resistencia a pesar de ser consciente de la inferioridad de sus fuerzas frente al enemigo.

En este contexto de angustia, Echavarri dispuso el traslado de la Virgen de Linares a la ciudad. En la tarde del sábado 4 de junio de 1808, una comitiva partió hacia el Santuario de Linares. A la mañana siguiente, 5 de junio, domingo de Pascua de Pentecostés, la imagen entró en Córdoba por la Puerta de Plasencia, precedida por la imagen de San Fernando. Fue recibida con repiques de campana y visitó los templos de Santa María de Gracia y Santa Marta, siendo esperada por las comunidades de dominicos en el Convento de San Pablo y franciscanos en el Convento de San Francisco. La procesión continuó por la Cruz del Rastro hasta la Parroquia de San Pedro, donde las imágenes fueron depositadas y recibidas por Echavarri, quien acababa de regresar de fortificar el Puente de Alcolea.

El 6 de junio, se celebró una solemne fiesta en honor a la Virgen en la Parroquia de San Pedro, con sermón de Rafael de Soto y Camacho, beneficiado de Santa Marina, y la participación de la capilla de música de la Catedral.

Invasión y saqueo

El 7 de junio, las tropas de Dupont atacaron el Puente de Alcolea. A pesar de la defensa heroica, las fuerzas españolas, escasas e inexpertas, fueron superadas. El ejército francés avanzó hacia Córdoba, entrando por la Puerta Nueva tras derribarla con artillería. Se produjo un saqueo de la ciudad, con numerosos actos de violencia y profanación de templos. Durante estos sucesos, se relata un hecho considerado milagroso: el intento de Dupont de volar la iglesia de San Pedro, creyendo que era un cuartel o el hospedaje de Echavarri. La mecha del cañón se habría apagado varias veces, lo que llevó al general francés a desistir, interpretándose como una protección de la Virgen de Linares, cuya imagen se encontraba en el templo.

Tras tres días de saqueo, Dupont ordenó la reapertura de las iglesias el 12 de junio, y sus tropas abandonaron la ciudad la noche del 16 de junio.

Actos de agradecimiento y regreso de la Virgen

En acción de gracias, se celebraron numerosas fiestas, novenas y octavarios. El día de San Pedro y San Pablo, se predicaron dos sermones en la Parroquia de San Pedro dedicados a la Virgen de Linares. Del 14 al 16 de julio, hubo un triduo de rogativa. El 23 de julio, tras la victoria de Bailén, se cantó un Te Deum y una Salve. A finales de julio, comenzó un suntuoso octavario.

El 21 de agosto, las imágenes de la Virgen y San Fernando fueron trasladadas al convento de Santa Marta, regresando a San Pedro el 24 de agosto. Allí se celebró una novena desde el 28 de septiembre hasta el 6 de octubre, con la participación de destacados oradores. Finalmente, el 16 de octubre de 1808, tras casi cuatro meses y medio en la ciudad y una visita al Convento de Santa Inés, la imagen de la Virgen de Linares, junto con la de San Fernando, fue devuelta en procesión a su santuario. Allí se celebraron más fiestas en agradecimiento.

Posteriormente, Echavarri, que había sido denigrado por la Junta de Sevilla, fue reconocido en Madrid, restituyéndosele sus honores.

Sucesos de 1812

En 1812, conocido como el "año del hambre", Pedro Agustín de Echavarri regresó a Córdoba como Comandante general de la provincia. Movido por su devoción, ordenó que la Virgen de Linares fuera llevada a la Catedral para el juramento de la Constitución.

La imagen partió de su santuario la mañana del 15 de septiembre de 1812. Fue depositada temporalmente en una capilla en el molino del Arroyo de Pedroches y por la tarde, tras pasar por la Casa de la Pólvora, fue recibida en la Cruz de Roelas por Echavarri. Al entrar por la Puerta Nueva, se le unió la imagen de San Rafael. Ambas recorrieron diversas calles (San Bartolomé, San Pedro, El Potro, La Pescadería) hasta la Catedral, entrando por la Puerta de Santa Catalina, donde fueron recibidas por el Obispo y los Capitulares.

El 16 de septiembre se celebró la jura de la Constitución. El día 17, las imágenes fueron trasladadas a la Parroquia de San Pedro, donde se inició una novena el 10 de octubre en acción de gracias "por la evacuación de los franceses", con la presencia de Echavarri. El 24 de octubre, el hijo de Echavarri costeó una fiesta a la Virgen. Finalmente, el 25 de octubre, la imagen regresó a su santuario, acompañada por Echavarri y una gran concurrencia, celebrándose allí otra fiesta.

Legado de Pedro Agustín de Echavarri

Enrique Redel destaca la profunda devoción de Pedro Agustín de Echavarri hacia la Virgen de Linares, fundamental para que la imagen fuera trasladada a Córdoba en momentos críticos. Se menciona que en la primavera de 1809, Echavarri visitó el Santuario de Linares y realizó una importante limosna. Incluso, en cumplimiento de una promesa, sostuvo económicamente el santuario durante un año. Su nombre, a pesar de eventuales desencuentros posteriores, es recordado por su contribución y fervor.